Los rayos de sol entraban por la ventana cuando comencé a despertarme y noté unos brazos que me apretaban como si tuvieran miedo de que quisiera soltarme. Levanté un poco mi cabeza, apoyada sobre su pecho y observé como Mimi dormía todavía. Sonreí ante aquella imagen y, después de mirar en el reloj de la mesilla que solo eran las ocho de la mañana volví a acurrucarme entre sus brazos y me quedé dormida de nuevo.
Cuando volví a despertarme estaba ya sola en la cama. Empecé a palpar el colchón de forma un tanto desesperada y me rendí al abrir un poco los ojos y confirmarlo. Me senté en la cama retirándome el pelo de la cara y cogí el móvil. Eran las once de la mañana. Mis pensamientos no tardaron en activarse imaginando mil y un motivos por los que Mimi se había ido de allí, pero la respuesta apareció rápidamente en mi móvil a modo de mensaje.
Me llamaron del estudio y tuve que irme
Llámame en cuanto te despiertes, porfa
He dormido muy bien hoy, por cierto
Suspiré de alivio al ver sus mensajes y me levanté de la cama con mucha más energía de la que esperaba iba a tener. Puse algo de música y me dirigí hacia la cocina medio bailando. En el reproductor sonó una de las canciones más conocidas de Mimi y no pude resistirme a bailarla con ganas, estaba de muy buen humor.
Me preparé algo de desayuno y tras dejarlo en la mesa que tenía enfrente de la tele, sentarme y darle un sorbo al café, volví a coger el móvil y busqué su contacto para llamarla
- Hola, Ana – no tardó ni dos tonos en coger el teléfono. Parecía que estuviera esperando la llamada
- Hola, Mimi – respondí
- Perdona que no me haya quedado. Los de la discográfica me tienen un poco loca últimamente y se me había olvidado que tenía una reunión a primera hora con ellos – se disculpó
- No pasa nada. Me alegro de que no fuera por nada mío
- ¿Cómo puedes decir eso? Hacía tiempo que no dormía así de bien – ella suspiró y yo al escucharla hice lo mismo – Sé que te dije que tendríamos un plan para esta mañana, pero vamos a tener que alargarlo, si te parece bien
- Depende de qué me propongas – contesté haciéndome la interesada
- Es un secreto, canaria – respondió – de momento, te paso a buscar por casa en una hora. Lleva ropa cómoda
- ¿Por qué? – pregunté de nuevo para ver si le sacaba algo más de información
- Sorpresa - se rió - Te tengo que dejar. Nos vemos en una hora
Y sin darme tiempo a responder finalizó la llamada. Empecé a ponerme nerviosa y me tomé el desayuno más rápido de lo que tenía previsto. Me di una ducha y me coloqué frente al armario sin saber qué podría ponerme para estar guapa y que a la vez fuera cómoda. Opté por unos pantalones vaqueros algo claros y con algún que otro roto, una sudadera y unas deportivas blancas. Me maquillé un poco y cuando me quise dar cuenta ya casi era la hora de que me pasara a buscar Mimi. Me acordé en aquel momento de mi gato, el pobre tendría que estar muriéndose ya de hambre, pero al pasar por la zona donde solíamos ponerle la comida, vi que estaba más que servido y supuse que la granadina se encontró con él esta mañana y le puso comida de sobra antes de irse. Se lo rellené del todo por si acaso y, después de asegurarme de que llevaba todo lo que necesitaba conmigo bajé a la calle.
Cuando salí del portal me la encontré allí apoyada en un coche y con las gafas de sol puestas. Ella había optado por un chándal de color azul y que le quedaba realmente bien, combinado con unas zapatillas blancas.
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Un cuento sobre el agua
FanfictionDicen que cuando encuentras al amor verdadero lo sabes, que hay algo en tu interior que hace que no puedas dejar de pensar en esa persona. Sin embargo, nadie te avisa de cuándo es el momento ideal para descubrirlo, de cómo será tu vida en ese instan...