Un cuento sobre el agua

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- ¿Estás ya? – preguntó Aitana insistente desde el salón – jobar, Ana, que al final vamos a llegar tarde

- Queda más de una hora para que empiece el concierto – le reclamé ya saliendo por la puerta de la habitación – quieres estar tranquila que nadie nos va a quitar el sitio

- Ya, pero es la primera vez que voy a ver a Lola Índigo en directo y encima desde la zona vip – comentó mientras se ponía la cazadora – estoy nerviosa, ¿vale? – se cruzó de brazos y me miró significativamente mientras me calzaba

- Me pongo la cazadora y nos vamos, ¿contenta? – Aitana asintió sonriendo como una niña pequeña y yo me acerqué a darle un beso en la mejilla porque, aunque me hubiera puesto de los nervios, me encantaba verla tan feliz

Cinco minutos después ya estábamos las dos de camino a la sala donde se iba a celebrar el concierto. Aitana me había contagiado los nervios e ir andando hasta allí al final fue algo que agradecimos para calmarnos. Nada más llegar, vimos que la sala estaba rodeada por dos colas que llegaban casi hasta el final de la calle, nos plantamos enfrente del edificio, sin saber qué hacer, y en cuanto mi amiga se acercó a preguntarle al chico de la puerta, un grupo de fans saltaron enseguida recriminándonos que nos estábamos colando, así que volvimos a nuestro sitio y decidimos ponernos detrás de la fila más corta de las dos

- ¿Ana? – noté que alguien me tocaba el hombro y se dirigía a mí. Giré mi cabeza y pude reconocer que era Miriam a pesar de llevar una bufanda y unas gafas de sol que evitaba que la reconocieran a primera vista - ¿qué hacéis aquí? Venid conmigo antes de que me reconozcan y no podamos pasar – se rio

Miriam nos llevó de nuevo hasta la entrada de la sala, allí algunas de las chicas que estaban en las primeras filas empezaron a reconocer a la gallega que las saludó amablemente. Le dio nuestros nombres al chico y pudimos entrar, ahora sí, sin ningún problema y bajo la atenta mirada de las fans que nos habían recriminado minutos antes.

Aitana se quedó fascinada al entrar y me recordó a lo eclipsada que me había quedado yo una semana antes al ver montado el escenario y la cantidad de focos que lo acompañaban. Miriam se paró a saludar a algunas de las personas que ya estaban allí mientras mi amiga me miraba alucinando

- Chicas – llamó nuestra atención la gallega – estos son Ricky y Agoney, dos compañeros del concurso – me fije en Aitana y adiviné por su cara que ella sí que los conocía – ellas son amigas de Mimi

- Encantada – me presenté y ambas les dimos dos besos a cada uno de los chicos

- No sé si podremos pasar a ver a Mimi antes del concierto – se dirigió Miriam esta vez a mí – si queréis pregunto y sino subimos y nos tomamos algo en lo que empieza

- Perfecto

Finalmente, el representante de Mimi no nos dejó pasar al backstage, así que nos conformamos con estar en aquella zona conociendo a los amigos y familiares de la granadina y sus bailarinas.

- El que faltaba – quedaban apenas cinco minutos para el inicio del concierto y noté que Miriam miraba a la puerta de entrada de aquella zona y resoplaba. Me giré yo también y vi que se refería a Adrián que acababa de llegar. Me tensé al notar su presencia y la gallega, que vio mi reacción, se puso a mi lado y me atrajo hacia ella – no te preocupes, viene a hacer acto de presencia y en cuanto se apaguen las luces seguramente se irá – yo asentí y me dejé guiar por ella que me llevó hasta la otra esquina para así no tener que saludarlo como ya estaban haciendo el resto de amigos de Mimi – yo tampoco lo soporto, no sé en que momento Mimi dejó que se arrimara a ella, pero lo único que le ha traído han sido cosas malas

- ¿Y eso? – pregunté por si había alguna cosa más a parte de las que ya me había contado la granadina

- La mayoría de fans no le pueden ni ver y, aunque algunos de ellos sospechan la verdad, siempre que hace alguna de las suyas es Mimi la que acaba pringando – hizo una mueca – además, Mimi ha tenido también algún problema con su madre por este señor y eso que Inma lo es todo para su hija y al revés igual