Capítulo III

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Luego de haber disfrutado de un delicioso helado -Draco tuvo tres-, Harry se sentía completamente agotado. Sus piernas dolían y se encontraba a sí mismo bostezando a cada momento. Claro que todo se debía a que la noche anterior no había descansado lo debido.

— ¿Ya podemos ir a por la Saeta? —preguntó Draco mientras saboreaba su helado de chispas picantes.

Harry puso los ojos en blanco, y Lucius decidió ignorarlo. Se estaban acercando al Emporio de las Lechuzas; otra de las muchas tiendas que habían cambiado positivamente a consideración de Harry.

Ya allí, Lucius buscó dónde sentarse y el propietario se apresuró en llevarle algo para beber.

—Quiero que ambos elijan a sus lechuzas lo más rápido posible —dijo Lucius—. No quiero estar aquí más del tiempo necesario.

Draco asintió y pasó por un lado de Harry; empujándole y burlándose.

Harry de verdad que estaba muy cansado como para seguir el ritmo del rubio así que se tomó su tiempo en observar a todas las lechuzas que descansaban en pequeños ramales improvisados. Una en particular le llamó la atención; era parda y grande, sus ojos almendrados eran hermosos y pequeñas vetas negras formaban un curioso diseño en su pecho. Harry iba a acercársele, pero un revoleteo llamó su atención.

A su izquierda, una lechuza blanca le miraba fijamente mientras ululaba al parecer muy contenta. Harry ahogó un gemido y fue corriendo hacia su vieja amiga.

Hedwig. ¿Cómo pudo haberse olvidado de ella?

Hedwig al ver que Harry le sonreía y le miraba deleitado, abrió un poco sus hermosas alas y empezó a moverlas mientras ululaba más alto. Harry extendió el brazo y la lechuza le pellizcó suavemente y se subió a él sin apartar su mirada.

¿Era posible que Hedwig, de alguna manera, lo recordara?

—Hola, preciosa —dijo Harry tratando de no llorar—. Soy Harry, ¿te acuerdas de mí?

Hedwig gorjeó bajito y mordisqueó la oreja de Harry haciéndole reír.

— ¡Harry! ¡Mira mi nueva lechuza!

Draco venía con una esponjosa lechuza gris con blanco y más pequeña que Hedwig.

—Es muy bonita. —alabó Harry viendo con diversión cómo Hedwig giraba la cabeza orgullosamente y no prestaba atención a la otra lechuza.

— ¿Vas a llevar esa? —dijo Draco mirando atentamente a Hedwig— Podemos cambiarlas, si quieres. Puedes llevar a Eros y yo a la tuya.

— ¡No! —exclamó Harry con recelo escondiendo a Hedwig de los ávidos ojos de Draco— Es mía y ya le he puesto nombre.

— ¿Cuál?

—Hedwig.

Draco levantó una ceja, pero al ver la mirada retadora de Harry, decidió no burlarse del nombre.

—Bueno, prefiero mil veces a Eros —dijo, petulante—. Es mucho más bonito que el tuyo.

—Es hembra. —Harry le miró con obviedad.

— ¡Eros es macho! —Draco exclamó.

—Lo sé. Te estoy diciendo que Hedwig es hembra. ¡Es un nombre de chica!

—Ah —Draco se encogió de hombros y alzó el mentón—. Eros sigue siendo el mejor.

Harry decidió ignorarlo y alzando el mentón también, dio la vuelta en busca de Lucius. El hombre seguía en el mismo sillón, mientras fumaba de una elegante y negra pipa.

Una nueva vida [ HP fic ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora