Capítulo VIII

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"Hola mamá y papá. Como prometí, estoy escribiendo desde temprano en mi primer día en Hogwarts.

La ceremonia de Selección estuvo muy bien, y espero no decepcionar a papá con esto, pero... soy un Slytherin ahora. En realidad, la charla que tuve con el Sombrero fue muy extraña, pero estoy contento pues en Slytherin ya tengo varios amigos. Draco insistió mucho en que compartiéramos habitación así que todo irá muy bien.

El profesor Ryddle y el profesor Snape son amables y la profesora McGonagall me elogió ante todos porque me ofrecí a compartir la habitación con Blaise Zabini. Draco y yo discutimos por las camas, pero todo se solucionó. Aunque hoy, Hedwig se ha peleado con Eros y Draco ahora mismo no me habla pues Hedwig es mucho más grande y lastimó un poco a Eros. En su defensa, puedo decir que Eros la estaba molestando, pues ambos llegaron por la ventana de la habitación a esperar por las cartas para llevar y Eros le picoteó en el pecho porque Hedwig llegó primero.

Hoy tenemos pociones a primera hora y supongo que tengo que compartir mesa con Blaise, pues Draco está molesto. Blaise es un buen amigo y se ha puesto de mi parte pues vio todo lo que pasó, así que ahora saldremos juntos a desayunar.

No tengo nada más para contar, así que saluden a Remus y Sirius de mi parte. No hagan caso a las quejas que pueda dar la señora Malfoy sobre mí, ya saben que Draco es un tonto.

Se me olvidaba escribir que anoche tuve un sueño muy extraño... Es como si algunos recuerdos vinieran a mi mente mientras dormía, algunos recuerdos de años atrás, al parecer, pues yo estaba más pequeño y mamá tenía el cabello más largo.

Adiós, los quiero.

PD: Mamá, quisiera más pastelitos para mañana, para que Draco vea que no compartiré con él.

Harry P."

Soplando un poco la tinta, Harry volvió a leer su carta y la dobló para acomodarla en la pata extendida de Hedwig. Cuando ella ya iba a partir, Blaise se acercó a él corriendo.

—Harry, deja que Hedwig lleve mi carta también, por favor. Mi lechuza está todavía en el centro de Trasladores de Italia y mamá dice que tardarán unos días en dejarla partir para acá.

— ¿Y dónde vives tú? ¿Hedwig sabrá llegar?

— ¡Pues claro, Harry! Ellas siempre saben... y luego te diré donde vivo. Ya verás que Hedwig no tendrá problema en llevar la carta.

Harry se encogió de hombros y sostuvo a Hedwig para que Blaise le anudara su carta en la pata, luego la lechuza partió y se perdió en el cielo nublado.

La puerta del baño se abrió y Draco salió de allí con el uniforme puesto y debidamente organizado. Su pelo lleno de gomina estaba peinado hacia atrás.

—Draco, ya es tarde. Debemos apurarnos para ir a desayunar. —dijo Blaise, como si nada hubiera pasado.

Draco levantó el mentón y asintió. Se acercó a su cama y alcanzó su maletín negro para luego dirigirse a la entrada sin mirar a nadie. Harry puso los ojos en blanco y buscó su propio maletín para salir. Blaise le siguió.

— ¿Seguirás enojado conmigo? —preguntó Harry, alcanzando a Draco en las escaleras que subían a la Sala Común de Slytherin.

Draco no respondió y Blaise bufó.

—Eres un tonto, Draco —dijo el moreno—. Eros fue quien lastimó a Hedwig, tú también lo viste.

—Harry debería disculparse. —dijo Draco.

—Pues no lo haré —terció Harry ofendido—. Tú debes disculparte conmigo y con Hedwig.

— ¡No!

Una nueva vida [ HP fic ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora