Capítulo XV

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Resultó que James Potter tenía razón en cuanto a que Hogwarts y sus alrededores (y casi todo el Londres Mágico) sería custodiado por las autoridades mágicas, y que todo mago o bruja sería capacitado sobre defensa básica contra cualquier ataque.

Las clases se habían retomado con normalidad y Draco había sido premiado con 150 puntos para su casa por su valentía y actuación en Hogsmeade. Claro, y Lucius Malfoy había tenido que ir varias veces al Ministerio a continuos interrogatorios sobre la utilidad e historia del misterioso broche que había utilizado su hijo esa tarde.

Fue extremamente fastidioso para el patriarca Malfoy ser tildado de poseedor de magia oscura. Pero con un poco de ayuda de James -el Jefe Auror y uno de los mejores en todos los tiempos-, pudo limpiar su nombre por completo; James presentó testimonio sobre el otro broche que poseía Harry y cómo este, junto al de Draco, estaba libre de cualquier vestigio de magia negra. Era magia muy complicada y perteneciente a criaturas mucho más antiguas que Merlín mismo; la obtención de artilugios como estos, era una de las muchas hazañas conseguidas por Salazar Slytherin, y pocas personas -como Lucius Malfoy- eran los que podían dar con el paradero de estas poderosas fuentes de magia.

Después de todo esto, James recibió su recompensa por parte de Lily debido a su buena voluntad al ayudar a Lucius en todo lo que pasó, pues el Auror había actuado desinteresadamente a pesar de que el caso sólo estaba en manos de Inefables.

En Hogwarts las cosas siguieron su curso de la forma más normal posible y Harry fue premiado por su reciente buen desempeño en Encantamientos y DCAO. Era ciertamente una ventaja enorme tener como profesor a uno tan amable y habilidoso como Remus Lupin, aplicando igualmente a Tom Ryddle.

***

—Harry —Harry levantó la cabeza de su revista de Quidditch para prestar atención a Draco—. ¿Quieres pasear conmigo por las mazmorras? —susurró el rubio.

— ¿Por qué estás susurrando? —susurró también Harry.

Draco miró a ambos lados en el comedor. Blaise estaba frente a ellos charlando con Theo y Pansy. Greg y Vincent no habían bajado a desayunar.

—No quiero que nadie se dé cuenta. Quiero que seamos sólo tú y yo.

Harry frunció el ceño y observó atentamente a Blaise. Al parecer no se había dado cuenta de nada.

—No podemos quedarnos solos, Draco. Blaise les dirá a nuestros padres y entonces no podremos volver a juntarnos.

—Por eso quiero que nadie se dé cuenta —dijo Draco—. Ah, y que eso pase es por tu culpa. ¡Eres un bocazas! No tenías por qué decirles a tus padres sobre nuestro noviazgo.

—No somos novios.

—Pero lo seremos. Por ahora eso no importa, ya me encargaré de hablar con los señores Potter.

—Mucha suerte con ello. —resopló Harry divertido.

—Ahora lo que quiero es que me acompañes a dar un paseo por las mazmorras. —continuó Draco.

—No quiero, es muy aburrido. Podríamos ir a los invernaderos o al salón de música.

—Allí no podríamos utilizar esto. —dijo Draco sonriendo y sacando levemente su broche del bolsillo. Harry sonrió también y tanteó el suyo en el bolsillo de su túnica.

— ¿Crees que podríamos invocar a otro basilisco?

—No. Aquella vez en Hogsmeade apareció porque rogué que algo grande apareciera para espantar a los lobos. Ahora podemos hacer que aparezca algo diferente.

Una nueva vida [ HP fic ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora