Lily Potter salió del consultorio de su médico. Narcissa estaba allí en la sala de espera con un ridículo sombrero de paja y un vestido de granjera. El verla así fue lo único que le salvó de soltarse en llanto y armar un espectáculo en aquel prestigioso centro médico muggle.
La rubia reparó en ella y no demoró en ponerse de pie para llegar junto a su amiga. La abrazó cuando la tuvo al alcance y le besó la cabeza mientras Lily dejaba salir un tembloroso suspiro.
—No sé ni por qué vine acá desde un principio, Cissa. Si la medibruja me dijo... todo eso, yo debí conformarme con ello.
—Dijiste que siempre era bueno ver una segunda opinión. Y en parte tienes razón, Lily —Narcissa pasó su brazo lentamente por la espalda de Lily, intentando reconfortarla—. No te desanimes. Ya sabes que puedes--
— ¡No! No, Cissa, por favor. No lo digas ahora. En este momento no puedo pensar en algo así... tal vez luego, si lo hablo con James y con Harry. Pero ahora no...
Narcissa cedió y se separó de Lily para mirarla a los ojos y sonreírle tranquilizadoramente.
—No es el fin del mundo. —le dijo.
Lily asintió y sonrió muy a su pesar cuando unas de las pajas del sombrero de Narcissa se le enredaron en su cabello.
—Te dije que te vistieras como muggle, Cissa. ¿Puedes decirme por qué decidiste vestirte así?
Narcissa levantó el mentón con desdén y entrelazó su brazo con el de Lily mientras salían de la clínica.
—No quise aparentar mi verdadero estatus social. Así que en un libro muggle, vi que los de clase baja se visten así.
Lily decidió no sacarla de su error y más bien rio un poco y se dejó conducir por su amiga.
***
—Podríamos bajar por los pasamanos de la escalera principal como si estuviéramos esquiando —sugirió Blaise con emoción, en la sala de té de la Mansión Malfoy—. El que llegue primero, será el rey y los demás, príncipes, según el orden.
—Yo me apunto. —dijo Ron.
—Yo igual. —dijo Harry con emoción.
Draco no habló enseguida pues observó ansiosamente a su padre quien se encontraba conversando alegremente con Adrianne.
—No sé qué dirá papá. —susurró. Blaise sonrió y abrazó a Draco por los hombros. Harry frunció el ceño.
—No te preocupes, Draco —dijo el italiano—. Él no tiene por qué enterarse. Haremos un voto de silencio, y el que lo rompa, le haremos el hechizo de piernas de gelatina y no se lo quitaremos hasta la noche.
— ¡Eso no se vale! —dijo Ron— Si gritamos, será más divertido.
—Podremos utilizar otras escaleras. —sugirió Harry.
—No sería tan divertido, pues las demás son muy pequeñas. —dijo Draco.
Blaise puso los ojos en blanco y se puso de pie lentamente.
—Señor Malfoy —dijo, alzando la voz—. ¿Podemos jugar a deslizarnos en las escaleras?
Draco casi grita y Ron se enrojeció por la vergüenza. Harry tuvo que mirar a otro lado después de que Lucius les mirara con una ceja alzada. La señora Zabini rio roncamente y cruzó las piernas.
—Blaise, tesoro, no deberías molestar a Lucius con eso. Pueden jugar al snap o cosas como esas.
—Eso es muy aburrido, mamá. Si no podemos volar, entonces podemos deslizarnos por las escaleras. Será más divertido.
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Una nueva vida [ HP fic ]
FanficUn sacrificio debe siempre obtener una recompensa, y es hora de que Harry reciba la suya. Es hora de que Harry viva una nueva vida. [ Serie: Una Nueva Vida ] Disclaimer Los personajes, lugares y hechizos son propiedad de J...