capítulo uno

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     Las vacaciones de verano llegan, todos bastante emocionados planean su verano perfecto, lejos de Derry, en Derry, y otros preferían hacer lo que siempre hacían todo el año.

    ____ se apresura a la única máquina disponible de Street Fighter, intentando caminar entre tantas personas. No le importa tener todos sus cuadernos en mano, solo quiere llegar a la máquina. Pero un fuerte golpe la aturde, ella cae al suelo adolorida, y sus cuadernos se caen. Alguien chocó con ella.

— ¡Lo siento! —dice el chico de gafas.

— ¿¡Eres idiota?! —exclama ____.

— No, no lo soy —habla el pelinegro nervioso, recogiendo todos los libros de la chica.

— Era una pregunta retórica —ella rueda los ojos mientras toma sus libros— Genial, ya ocuparon la máquina, idiota.

    En efecto, en lo que ellos chocaron, alguien más tuvo la oportunidad de ganarles su lugar. Ambos habían corrido para alcanzarla, al estar distraídos, terminaron chocando entre ellos.

— ¿Juegas Street Fighter? —pregunta el chico sorprendido— ¡Pero eres una niña!.

— Si, tengo vagina y eso no influye en mis gustos, hasta podría ser mejor que tú en muchas cosas.

— Eso no lo sabemos.

— Tú no te habrás dado cuenta.

     ____ da media vuelta para marcharse, no tiene caso quedarse más tiempo, las máquinas estaban todas ocupadas y el calor, además, es insoportable.  Una mano en su hombro llama su atención, otra vez es el chico de antes.

— Me llamo Richie Tozier, ¿y tú?.

— Soy ____ Green —dice ella, mientras levanta su bicicleta y se sube, lista para irse— ¿Qué?.

— Eres genial —Richie sonríe— Vamos a fumar por ahí. ¿Quieres?.

— Yo no fumo.

— Para todo hay un primera vez ¿no? Además, no puedes perderte esta oportunidad.

— ¿Oportunidad de perder el tiempo con un idiota como tú? —enarca una ceja con gracia— No, gracias. Paso.

— ¡Oh vamos! —exclama.

— Piérdete.

Emprende rumbo, alejándose por la solitaria calle. Su camisa revolotea con el viento, al igual que las dos trenzas que recogían su cabello. Richie sintió un flechazo, apesar de que no lo había tratado tan bien, aún así, ___ le pareció genial. Era dura, y se veía que tenia un humor sarcástico.

      Tenía ganas de conocerla, pero no sabía cómo iba a encontrarla otra vez. Eso sí, no se olvidaría de su rostro.

     Inmediatamente, se dirige a casa de Eddie, sabía que lo encontraría fuera de su casa. Maneja la bicicleta a toda velocidad, necesitaba contárselo a alguien, y quién mejor que al doctor K.


— ¡Eddie, Eddie! —exclama contento, tirando su bicicleta al césped, y corriendo a dónde él estaba— ¡A qué no sabe que pasó hoy!.

— ¿Que? ¿Ganaste una partida de ese estúpido juego? —pregunta Eddie con sarcasmo.

— ¡No! Ni siquiera pude jugar, pero conocí a una chica grandiosa en el Arcade —le cuenta entusiasmado, y sonriente— Me llamó idiota. ¡Dos veces!.

— Richie, dime, ¿a ella le agradaste?.

— No creo, pero ella a mí si. Se llama ____ Green, ¿la conoces? Bueno, supongo que no, ella es genial y tu un perdedor.

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