capítulo cuatro

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     Su madre se había marchado hace unas horas ya. La casa está sola y bastante aburrida. Pero no había nada que pudiera hacer más que escuchar música en su habitación. Tiene la mente llena de malos pensamientos. Hace días no ve a aquellos perdedores, y las esperanzas de tener un verano interesante, se esfumaron.

   El teléfono de la sala de estar comienza a sonar.

— Malditos —murmura ____, levantándose de mala gana para atender teléfono. Una vez que lo tiene en manos, lo lleva a su oreja— ¿Diga?

¡Hola ____! ¿Me extrañaste, maldita? —es la voz de Richie, la cual, le saca una sonrisa a ____.

— En realidad no —contesta— Como sea, ¿que pasa?.

— Beverly necesita nuestra ayuda.

— Conmigo no cuenten. Estoy castigada.

— ¡Oh vamos! Bill y Stanley te esperan fuera de tu casa. Así que no tardes chiquita —cuelga la llamada.

— A que mierda se refiere con chiquita —murmura con gracia.

   Corre a la ventana junto a la puerta principal. Los dos jóvenes esperan frente a ella, y la saludan al verla junto a la ventana.

— No tengo llave —dice ____, haciendo una mueca de disgusto— Vayan al jardín, bajaré por la ventana pero necesito su ayuda.

— Ya vamos —anuncian ambos.

(...)

— ¡Hasta que vienen! —exclama Richie, y corre a abrazar a ____, incluso levantando la del suelo.

— ¿Tanto me extrañaste? —le pregunta ella entre risas, las cuales disminuyen al sentir las manos del chico más abajo de sus caderas— ¡Wow wow cuida tus manos pervertido!.

— ¡Fue sin querer! —Richie se pone totalmente rojo y la suelta, mientras se acomodaba los lentes y baja la cabeza.

— Cuidado con que se te pare —ella lo apunta con su dedo.

— Eso fue... emotivo —dice Bill reprimiendo una carcajada.

— No te tenía así —dice Ben riendo, haciendo que Richie se avergüence aún más— Bueno, Bev nos espera.

— ¡Vamos!

    Cada uno sube a su bicicleta. Fue un trayecto más o menos de seis minutos, en los cuales Richie no cerraba la boca y molestaba al pequeño Eddie. Pero finalmente llegaron. Beverly los esperaba en las escaleras de los departamentos.

— Que bien que llegaron —dice Beverly casi desesperada.

— ¿Estás bien? —pregunta ____ bajandose de su bicicleta preocupada.

— No sé cómo describir esto... —responde la pelirroja mirándola y toma la mano de ____— Tienen que ver esto. Pero papá no puede saber que estuvieron aquí.

— D-De acuerdo —Bill asiente con la cabeza— Richie. Tu te quedas a vigilar.

   Dicho eso, todos se dirigen a paso apresurado a las escaleras.

— ¡Woah woah woah! ¿¡Y si llega su papá?! —pregunta Richie alterado.

— Habla hasta por los codos. Te gusta hacer eso —responde Stan.

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