Cap 3

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Me quede sin habla, mis ojos miraron a Elizabeth en busca de ayuda pero ella estaba igual que yo, sin una palabra en la boca.

Sostenía en mi mano derecha el teléfono y caminé hasta la ventana que me mostraba los edificios de alrededor e intenté abrirla, necesitaba aire fresco para que salieran las palabras de mi boca.

-Edward- dije en pregunta y en afirmación, todo era tan confuso.

-En verdad, discúlpame, ayer no tuve tiempo de llamarte...- los brincos de mi amiga se escuchaban a mi espalda y yo volteaba a verla con una sonrisa enorme en mi rostro.

-Hoy te veré en el lugar que tú me digas- Toqué la mano de Elizabeth y me dediqué a poner el altavoz de inmediato, no lo podía creer. -¿Te parece?- todo había pasado tan rápido y no había dos opciones, solo una y se la iba a dar.

-Sí, me parece bien- traté de controlarme y de hacerme la seria para que no se escuchara mi emoción al contestar. -Te podría ver en Westfield a las 4- mi mano libre pasó por mi pelo y mis pies tocaban el suelo aleatoriamente.

- A las 4, te marco cuando esté ahí- escuchaba que gritaban del otro lado del teléfono, pero no podía distinguir bien que era lo que decían. -Nos vemos Eli- ese diminutivo de mi nombre con su voz se escuchaba más que perfecto.

-Nos vemos- mis palabras fueron inútiles porque la línea ya había muerto -¡No lo puedo creer!- brincaba cual niña pequeña agarrando de los brazos a mi amiga y dando vueltas al rededor de los muebles.

Edward me había invitado a salir después de haber perdido todas las esperanzas.

Se me hacía extraño que no pasara por mí y que solo nos quedáramos de ver en algún lugar, esperaba más de él pero en realidad sabía que no podía esperar mucho de un chico que había conocido en un aeropuerto.

Estaba mejor así, porque si la cita no resultaba como debía y todo se tornaba incómodo y aquél chico no era lo que esperaba, sería mejor irme por mi lado a estar esperando que él me trajera a casa.

Trataba de verle las ventajas y desventajas, pensaba en todos los escenarios posibles. Lo vería después de la hora de comida, podríamos ir a tomar un café, definitivamente iríamos por un café, era perfecto, nos daría tiempo de platicar un buen rato y saber si en verdad me llamaba la atención o nada más era la impresión de conocer a un chico muy guapo en el lugar que menos lo esperas.

Trate de calmarme y hablé con Elizabeth de lo que debería hacer, primero tenía que arreglarme pero no demasiado, aquél chico ya me había conocido como era y esta vez no iba a exagerar por nada del mundo, seguiría siendo la misma chica que conoció y esperaba que él fuera el mismo, solo que ahora necesitaba un poco más de información de su parte.

Terminamos de arreglar el departamento, a eso nos dedicamos lo que restaba del tiempo.

Mi ropa ya estaba ordenada en mi closet, tarde algo pero pude hacerlo, no era fanática de colgar mi ropa pero lo debía hacer.

Ya empezaba a checar que me pondría, la decisión mas difícil del momento aunque, lo que tenía en mi cuerpo no estaba mal.

Cheque como estaba el cielo y este había oscurecido un poco más, esperaba que no lloviera o algo parecido aunque podía notar que la temperatura ya había descendido, entonces opté por ponerme unas botas de tacón plano y planchar mi pelo.

Me puse un poco de maquillaje, no mucho, lo suficiente para lucir arreglada pero no exagerada, me miré en el espejo y podía decir que me veía muy bien, no era muy alta pero las botas simulaban un poco más de altura a mi favor.

Tenía una hora para llegar hasta Westfield, le pedí prestado el carro a Elizabeth, tenía que rentar uno por los meses que me quedaría aquí, era justo y necesario, no siempre iba estar el deportivo de Eli para mí.

Undercover || H. S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora