Capítulo Final

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Leeteuk parecía totalmente descolocado ante la situación, que fluctuaba entre lo irrisorio y lo desesperante. Ambivalente y feroz.

Yesung, sin embargo, mantenía la calma.

Aquello le permitía ver las cosas de manera mucho más nítidas que si hubiese estado exaltado y, en consecuencia, podía pensar de forma mucho más clara y precisa. Los años de la experiencia le habían llevado a ser así, cosa que agradecía enormemente. La herida en su pierna se agitaba por momentos, generándole espasmos de dolor, pero aun así acostumbrándose a ello.

Sungmin observaba desde la distancia, apacible e insufrible.

Kyuhyun aún permanecía desvanecido, atado a aquella columna de cemento.

Nada de oía, aparte de sus respiraciones.

El viento había dejado de soplar desde hacía ya unos minutos. El inconfundible olor a la sal marina les llegaba con menos intensidad y la noche parecía haberse vuelto aun más cerrada, a pesar de que en algún momento se hubiese despejado y la luna brillara en una de las partes del cielo, en su fase decreciente, lo que daba al lugar la visibilidad justa. Ni más ni menos.

El Conde aguzó su oído, tratando de escuchar algo proveniente de Hyukjae, pero nada llegaba hasta él.

Sentía sus pupilas dilatadas, el oído alerta y la piel erizada. Su cerebro procesaba todo a gran velocidad, pero con una frialdad antes no experimentada. La herida en su muslo comenzaba a sangrar de nuevo, debido el esfuerzo hecho.

-¿Dónde está? - preguntó entonces. Su voz era acerada y lacónica.

-¿Quién? -respondió Sungmin, con sorna. -Ah, si... debe de estar por ahí, tal vez, encargándose de un tal Hyukj...

-¡Maldito! - exclamó Leeteuk, con desprecio.

Yesung permaneció inmóvil, con la mirada fija en su objetivo.

-Tranquilo JungSoo - le dijo entonces - dice eso para hacernos perder los estribos. Pero debemos estar alertas.

El joven médico miró al delincuente con desprecio.

-Eres una basura.

La sonrisa de Sungmin se hizo más ancha. Al ver eso, Yesung recordó lo que éste había dicho respecto de SooHee, por lo que trató de evitar más interacción entre ambos, ya que, a sabiendas de que la chica era la esposa y debilidad de JungSoo, aprovechase aquello para dejarlo fuera de combate.

-Leeteuk, déjalo. Y no escuches nada de lo que él diga.

El sonido de un disparo llegó nuevamente a sus oídos, lo que tensó aun más el ambiente. Sungmin se desplazó en dirección de Kyuhyun, de manera cansina, observándolos a su vez con detenimiento.

Entonces el sonido de unos pasos acercándose hacia donde estaban ellos captó su atención.

La densa vegetación lindante, separaba el casco de la ciudad con la estrecha playa, la cual se extendía aproximadamente unos 150 metros y terminaba en un acantilado, en cuyos pies descansaban grandes formaciones rocosas que se mezclaban con la bruma y la espuma del mar. Los árboles, añejos y de gran follaje, interceptados por coníferas y restos de especímenes, creaban una barrera natural que cortaba cualquier tipo de visualización para quien observase desde la urbe. Desde allí, aquellos ruidos de pasos, avanzando entre el matorral, se hacían cada vez más intensos, generando más tensión de la ya existente, distorsionando el paso del tiempo.

De pronto, la figura de un hombre apareció de entre medio del follaje. A su lado, el contorno oscuro y pequeño les decía que su acompañante era un niño.

Arlequín [YeKyu] [+18] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora