Capítulo 15.

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Eddie abre los ojos y se da cuenta de que, en algún punto, en realidad no los ha abierto. A su alrededor, está el bosque de los barrens, tan espectacular e inmenso como le parecía cuando era niño.

¿Acaso se desmayó? ¿Está alucinando? (tal vez un efecto secundario de revivir)

Mira a todos lados buscando respuestas, y entonces un Stanley más joven (con el mismo aspecto que cuando tenían trece años) aparece en su campo de visión y le extiende una mano.

—¿Stan?

—Vamos Eddie, arriba.

Stanley luce serio, así que Eddie acepta su mano y éste lo ayuda a levantarse. Esto se le hace familiar, de los sueños que ha estado teniendo. Tal vez... Tal vez no han sido sueños, sino recuerdos.

—¿Qué está pasando? ¿Dónde estamos?

Stanley hace una mueca y está apunto de responder algo como “Creo que nos desmayamos”, es cuando Georgie aparece frente a ellos con expresión preocupada.

—Dense prisa— los apremia, tirándoles de la ropa.

—¿Georgie? ¿Qué...?

Eddie piensa en Richie, y en los millones de veces que habían recorrido a solas las diferentes zonas de los barrens, el sitio de juegos de su infancia. No puede evitarlo, casi le pareciera ver la imágen de ese chico de lentes que le perseguía y amenaza en embetunarle las mejillas con helado de chocolate. Ahora que lo recuerda, pasaban mucho tiempo a solas...

Georgie detiene la carrera de sopeton y el brusco frenazo de sus pies trae a Eddie de vuelta a la realidad, desvaneciendose la imágen de Richie entre las nubes.

—Aquí— dice el pequeño de impermeable amarillo.

—Pero si no hay na... — comienza a decir Stanley, pero se calla cuando ve que claramente hay algo.

Eddie voltea y entonces lo ve: Al verlo, todo lo olvidado vuelve a él como una fuerte ola sin piedad.

....


Richie acaricia con suavidad la mejilla de Eddie, luego llega hasta esa pequeña nariz que ama besar y sube dibujando el contorno con su dedo índice.

Baja la mirada para comprobar que siga respirando: Para su alivio, así es.

Eddie lleva más o menos media hora inconsciente, también Stan y el pequeño Georgie, pero los otros los están cuidando a ellos. Bill le ha dejado la habitación de invitado y ahora Richie está sentado en el bordillo de la cama, observando y capturando en su memoria cada pequeño detalle de Eddie Kaspbrak.

Nadie sabe que hacer. No puedes llevar gente que se supone que está muerta al hospital, lo sabrían los registros, así que solo pueden esperar en la más desesperante incertidumbre.

Abajo, los chicos hablan sobre Mike, algo de Derry, pero arriba no se escucha bien que dicen y de todas formas Richie no les está prestando atención. Ya está harto de ésto, cansado de todo.

Recuerda que hace un año, cuando Eddie murió, enterrar todos los sentimientos que tenía por el más pequeño y que había recordado en apenas unas horas había sido horrible, un trabajó con el que había perdido al menos la mitad de su alma.

Y ahora todo había vuelto a él y besar los labios de Eddie es como estar en el maldito cielo... Dios, lo sigue amando, tal vez incluso mucho más, y no es justo esto, no puede permitir que vuelvan a arrebatarselo.

Una segunda oportunidad | Reddie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora