Maratón 3/3
—Eres el primero en llegar— sonrió Georgie a Stanley, quién lo veía atónito.
Aparte, todo se veía más desde...abajo. Volvía a tener trece años y se encontraba en los barrens con Georgie Denbrough, el hermano muerto de Bill, sonriéndole abiertamente.
—¿Llegar? ¿A dónde?— preguntó el de risos con confusión.
Miró hacia una lado y se vió a sí mismo junto a su grupo de amigos intentando caminar en equilibrio sobre unos troncos irregulares. Beverly iba al frente, detrás él y luego Bill. Richie y Eddie iban dándose manotazos (Stan siempre pensó que eso era una excusa para tocarse las manos) y peleando por quién perdía primero el equilibrio. Ben iba atrás de ellos, concentrado completamente en no caer, se habría muerto de vergüenza si algo así le hubiera pasado delante de Beverly. Cuidando la retaguardia, como siempre hacía, estaba Mike, riendo animadamente de las ocurrencias de sus amigos. En cierto momento Stan se distraía y resbalaba hacia un lado, pero Bill reaccionaba rápido, sosteniendole y devolviéndole a su centro de gravedad.
—E-Estuvo cerca— le sonrió Bill (esa sonrisa que derretía a quién la mirara, o al menos a Stanley).
Stan le devolvió la sonrisa, algo sonrojado.
—Gracias.
—¡Dejen de obstruir el tráfico, par de lentos!— les gritó Richie desde atrás y, al distraerse, el mismo tropezó y se fue hacia un lado, agarrándose de la mano de Eddie y provocando que ambos cayeran sobre el pasto de forma muy poco elegante, Eddie sobre Richie.
—¡Quítate, torpe!— había gritado Richie, increíblemente rojo.
—¡Tú fuiste el que me agarró! ¡Pude torcerme el tobillo!
Todos rieron animadamente al verlos, y Stan fue el único que notó que Richie y Eddie seguían sosteniendose de las manos mientras discutían.
Ese había sido un muy buen día...
El recuerdo se fue desvaneciendo, dejando solo el eco de las risas de sus amigos y suyas. Stanley se volvió a mirar a Georgie.
—Estoy muerto, ¿verdad?— preguntó con cierta tristeza.
—Lo siento— Georgie le extendió tímidamente una pequeña margarita mientras le sonreía con amabilidad y comprensión—. Bienvenido a nuestro lugar especial, Stanley Uris.
Cuando Stanley abrió los ojos el sol ya había salido, probablemente Bill lo había dejado dormir toda la noche, un detalle muy considerado de su parte.
El de risos bostezó y se estiró, pensando seriamente en el sueño que acababa de tener, ¿había sido un recuerdo?
Decidió levantarse para buscar a Bill. Primero fue hasta el que el escrito le dijo que era su cuarto, pero su cama estaba hecha y vacía, lo que le dió a entender que nadie había dormido allí anoche.
Vagó un poco por la casa, decorada de forma extravagante y con estantes de libros por todas partes, algunos eran de Bill, mientras que habían también libros de otros autores de terror, como el gran Stephen King. Sonrió levemente, pues Bill seguía viviendo en el mismo caos ordenado que Stan siempre veía cuando entraba a su habitación de niños.
“Es la habitación de un artista” bromeaban.
Caminando Stanley llegó al estudio de Bill, encontrandolo sentado durmiendo sobre unos papeles. El de risos sonrió enternecido ante la imágen y volvió a pensar en el beso de anoche, ¿habría sido solo un impulso o también significó algo para Bill?
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Una segunda oportunidad | Reddie.
Fanfic«Hubiera querido habérselo dicho» Dicen que las segundas oportunidades no existen, pero quiénes dicen eso se equivocan. Ha pasado un año desde lo ocurrido en la batalla final de los perdedores contra Eso. Richie ha retomado su vida, o al menos lo ha...