Capítulo 2

34K 1.2K 105
                                    





Veo cómo Adán sale de su despacho con una pistola en sus manos y detrás de él muchos hombres.

Las personas de afuera lograron entrar a la casa, yo estaba en medio de los dos y los dos bandos se estaban apuntado.

Ninguno disparaba y rezaba que no lo hicieran.

— Que quieres en mi casa Álvaro —Adán habla, supongo que es uno de ellos.

—Vengo a cobrar lo que me debes desgraciado. El señor que creo que se llamaba Álvaro, se adentra más a la casa sin dejar de apuntar a Adán con su gran pistola.

—No tienes ningún derecho a venir así a mi casa podíamos arreglarlo como hombres.

—Tú que vas a saber de cómo es un hombre. -se ríe y todos los de su alrededor también.

Álvaro mira a su alrededor y veo que pone su mirada en mi.

—Pero miren a quien tenemos aquí.—Alvaro se me acerca con pasos sigilosos y yo estaba muerta del miedo. — Levántate reina.—me extiende su mano.

—Con ella no te metas desgraciado.— veo cómo Adán quiere acercarse, pero Álvaro levanta el gatillo de su pistola apuntándolo que hace que se detenga.

—Vamos linda, levántate. -al ver que lo sigo ignorándole, toma de mi brazo con fuerza y hace que me levante.

— Quien es esta hermosura Adán, ¿de donde la sacaste? ¿Cuanto te cobraron? De seguro mucho dinero es muy linda, ya se por que no puedes pagarme.

— Es mi hija, idiota.— Álvaro levanta sus cejas sorprendido, yo hubiera hecho lo mismo pero ahorita estaba muy nerviosa y asqueada por este señor.

— ¡Yo se como puedes pagarme!.—Álvaro pone su mano en su barbilla sin quitar su otra mano de mi brazo.

— ¿Cómo?.

— Lo vamos a platicar en tu despacho.-Álvaro hace un movimiento con su pistola. -Vamos, entra. -le ordena aún con su pistola en mano y Adan le hace caso.

Los ojos de Álvaro se posicionan de nuevo en mi. — Ya vengo linda.

Entra después de Adan y cierra la puerta.

Después de unos minutos  puedo escuchar un disparo de aquel.

Creo que había matado a Adán.

-

Mia dos brazos y piernas están atadas.

No se como llegue a esto solo estaba sollozando, quería gritar pero en cualquier momento me iban a matar.

Escucho una puerta cerrar por atrás, supongo que era Álvaro.

—Raúl, llévate a casa a Jenna, la quiero lista en cuanto llegue.

¿Lista para que? Estaba apunto de volver a llorar.

Raúl, el anterior mencionado me quita con delicadeza las cuerdas de mis manos y luego sigue con las de mis pies.

Empiezo a mover de un lado a otro mis muñecas.

—¿Estás bien?—me pregunta

—Si...

—Okay.—es lo único que dice después de poner un pañuelo en mi nariz y en un par de segundos ya estoy inconsciente.

Siento como me están arrastrando  y sujetándome los brazos.

Apenas puedo abrir los ojos los siento cansados.

Los abro y me encandilo un poco, los vuelvo a abrir hasta recuperar mi vista.

¿Donde estaba y por qué estaba vestida así?

Me seguían arrastrando por el piso.

Me miro y tenía un mini vestido dorado, descalza y siento mi pelo un desastre.

Abren la puerta de una habitación y me arrojan al piso de esta, que hace que me duela todo mi cuerpo.

Donde estaba y por qué estaba así.

Golpeo la puerta con muchas fuerzas pero nadie responde, grito y tampoco.

Miro a mi alrededor y había un espejo con un tocador, mi pelo era un desastre e igual mi maquillaje, estaba todo escurrido.

Mi cara tenía varios moretones y rasguños, el cuello igual, de mis labios podía notar sangre seca.

Todo mi cuerpo me dolía.

¿Que me había pasado?

Lloro. No podía parar de llorar.

No sabía dónde estaba  y no podía recordar nada, pero por mi mente me imagino lo que pudo haberme pasado.

Me recuesto en la grande cama que tenia tratando de recordar algo.

Pero nada, nada me venía a mi mente.

Sin darme cuenta caigo dormida.

Eres Mía [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora