Cap.1 ¡ Mamita !

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—¡Lucianita, hija, despierta corazón!

—Un lato más mami.

—No, no pequeña —respondí a mi hija mientras le quitaba la frazada que tenía en su carita —, ¿no quieres que te lleve a la escuela hoy?

—Si quero Mamita —dice ella levantándose de inmediato y regalandome un abrazo.

El abrazo de mi pequeñita era muy cálido y el hecho se sentir sus manitos en mi espalda me hacían sentir la mamá mas dichosa del mundo.
Ella se puso de pie y fué a su armario a sacar su uniforme:

—¿Me ayudas mamá? Mi cabeza no entra poque crecí mucho —me regaló una hermosa sonrisa.

—Haber, permíteme.

Luego que la ayudé a vestirse, bajamos al comedor:

—¿Qué quieres comer?

—Uhmmm, lo que tu quieras mamá.

Serví dos vasos de jugo de fresa y en un bowl un poco de avena:

—Gracias mamá.

Al terminar de desayunar, llevé a Lucianita a la escuela:

—Te veo muy feliz —glmentabs mientras íbamos rumbo a su jardín.

—Es que quero ver a mis amigos y jugar con mi maestla —me decía dando saltitos mientras caminábamos.

—¡Y jugarás mucho mi vida! Bueno ya llegamos, cuídate ¿si?

—Chi —me dijo emocionada para después abrazarme.

Yo era lo único que tenía mi hija, (mi esposo murió hace 4 años, lo mataron por un ajuste de cuentas) y por lo tanto tenía que cuidarla y velar por su seguridad. Amo a mi hija.

—Buenos días maestra ahí le encargo mucho a Lucianita.

—Buenos días señora, no se preocupe que la cuidaremos mucho. Que tenga un buen día.

Mientras iba camino a casa, pensaba en que cocinar para mi hija pero había algo extraño, sentía algo raro en mi pecho, como si estuviera sola en la calle y nadie podía verme. Decidí ignorar lo que sentía pero...

—¡Señora cuidado!

Hija......

                                         ***

—Ya niños, esperemos a que sus padres vengan para recogerlos —mencioné a los pequeños que jugaban por todo el patio esperando para ir a casa.

—¡Buenas tardes Profesora!

—¡Que tal señora¡ ¡Ricardo, tu mamá llegó!

—Siempre mi hijo con esa niña —intervino la señora mirando con odio la escena de su hijo mientras jugaba con Luciana.

—Es su amiguita.

—No quiero que se junte con esa mocosa.

—Señora porfavor, ¿qué le sucede?

—Es hija de una vendedora en el mercado, qué puede esperar.

—¿Vamos ma? —inquirió el pequeño que acababa de llegar.

—Sí hijo, adiós maestra.

Me quedé pensando en las absurdas palabras de la mamá de Ricardo, y me quedé viendo a Lucianita, es una niña muy linda de buenos valores. En ese momento , se oyen  gritos  provenientes de una de las madres de familia.

—¡Profesora!

—¿Qué pasó? ¿Por qué viene tan alterada?

—Es la mamá de Luciana.

Luciana... *(terminada)*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora