Cap. 13 ¿Dónde estás Luciana?

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—¡Maldita sea Gloria! ¡Hace días que no sabemos nada de Luciana!

—Hijo cálmate, Gloria ya te dijo que ella se fué por propia voluntad.

—Te repito papá que la última vez se fué con esta al mercado.

—Si joven, pero ella me dijo que se iba y no dijo nada.

—Estoy seguro de que mientes.

—¿Dónde vas? —, preguntó papá, pero no lo escuchaba. Salí por tercer día consecutivo al un mercado que había por allí.
Pregunté a cada persona y nadie me daba esperanzas, todos me decían:

—No jóven, no jovén.

Entonces llegué a un puesto de frutas, el cual no había visto antes:

—Disculpe señora, ¿de casualidad no ha visto a una señorita de test clara, ojos marrones y cabello recogido?

—Me pareció ver a alguien con esas características hace unos días.

—¡Dígame dónde la vió!

—Aquí al lado trabajaba una señora, era mi amiga, pero creo que era familiar de aquella chica porque se quedó con ella hasta las 7pm.

¿Será que sí se fué?

—¿Y no sabe dónde vive?

—Era mi amiga, pero no puedo darle esa información.

—Se lo suplico por favor, es muy importante.

—Pero si le pregunta, no le diga que fui yo, ella vive de aqui cinco cuadras, va a reconocer su casa porque es la mas grande.

—Gracias.

Fui corriendo hasta allá y, efectivamente, pude ver una enorme casa:

—Aquí debe ser.

Toqué el timbre y salió una señora de baja estatura y tez morena:

—¿Qué quiere?

—¿Dónde está la señorita que se llevó?

El rostro de la mujer se tornó "asustado" e intentó cerrar la puerta, pero logré ingresar:

—¡Luciana! ¡Respóndeme!

—Ella no está aquí —me dijo con una sonrisa malevola en su rostro.

—¿Dónde está?

—Pues con su marido.

¿Qué?

—¿De qué habla?

—No me diga que no sabía —dijo sarcástica con las manos en su cintura —ella tiene esposo jóven. Sé fué con él a vivir.

—¡Mentira! —dije eufórico acercándome con rabia a ella —¿dónde está?

Esa mujer no dejaba de reirse. Me daba temor pero debía averigüar dónde tenía a Luciana:

—Dígame si no quiere tener problemas.

—Jaja, mira mocoso —me dijo acercándose a mí hasta tenerme contra la pared —ahora esa niña, quien sabe donde se encuentre.

—¡Dígame dónde está! —grité apoyando ambas manos sobre sus hombros y moviendola un poco sin brusquedad.

—En una casa lujosa probablemente.

Salí corriendo mientras llamaba a la policia

¿Si, bueno?

—Buenas, necesito de su ayuda, anote la dirección, manden una patrulla allá, hay alguien en peligro.

Luciana... *(terminada)*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora