Cap. 15 "Confesión que Duele".

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—¡Suélte a la señorita!

Golpee al hombre y le pedí a Luciana que se alejara. Acto seguido el oficial se acerca para arrestar a aquel señor.

—¿Te encuentras bien? —le pregunte—, pero ella no me respondió, solo me miró con los ojos húmedos y me abrazo.

                         ***

Abrí los ojos, me encontraba en una sala de hospital, giré mi rostro y vi a Santiago mirándome con una sonrisa preocupada:

—Haces que haga locuras.

Yo solo lo miré :

—Tu fuiste quien hizo escándalo, ¿no es así?

—Te pasas, tu estás de su lado, ¿enserio?

Reí al escucharlo:

—¿Cómo hiciste para dar conmigo?

—El mismo día que te fuiste al mercado con Gloria, le pregunté por ti en la noche pero me dijo que no sabía nada, que se separaron en el mercado. Al día siguiente volví a preguntarle por ti y me respondió que te habías ido, eso era muy sospechoso para mí. Pedí a mis papás que me ayudarán pero no creían en mí.

—¿Cómo llegaste justo en ese momento?

*flashback*

Depsues de la llamada, un oficial me llamó y me comunico que se encontraban en casa de la señora a la que había denunciado. Depsues de dejar a Luciana en el hospital, fui directo al lugar.

—Señor oficial —esa señora—, es causante de todo.

—¡Ay niño bonito! —inquirió con burla—, no me importa ir a la cárcel porque ya disfrute de muchas cosas, vi a esa niña sufrir desde pequeña y eso era satisfactorio para mí, pude vengarme de su madre de esa manera. Cuando la boté de mi casa, me arrepentí unas horas después, pues me di cuenta de que podía usarla para ganar dinero, caminé por las calles preguntando por una niña pero nadie me dio razón, hasta que la vi. Estaba junto a un viejo sarraprastoso al pie de un árbol. Llamé a unos contactos para que eliminarán a ese anciano y traerme a Luciana pero los muy inútiles, se escaparon al escuchar las sirenas. Perdí mi única oportunidad para ser rica.

¡Ella es un mounstro! ¿Cómo alguien era capaz de hacer tanto daño a una niña pequeña?

—¡Llévensela!

—No, espere oficial —me acerqué a esa señora—, ¿qué sabe de ese anciano?

—Ya no tengo nada que perder, él está en un asilo, para mí mala suerte ese viejo no murió.

—¿Cómo sé que lo que dice es verdad?

—Es sencillo, seguí a la ambulancia después de que la policía se llevara a Luciana, me quedé esperando haciéndome pasar por un familiar suyo.

—¿Por qué haría usted algo así?

—La niña se veía muy feliz con él, era obvio que podía atraerla usándolo.

—No tiene corazón.

—Lo sé niño bonito —continuó—, cuando me dijeron que sobrevivió me pidieron que lo llevara a casa pero no lo hice, estaba en una silla de ruedas, era inservible. Lo abandoné en un basura. Si hubieras visto su cara pidiendo que lo levante de la silla —rió maléficamente—, fue un premio para mi. Entonces me enteré que lo habían llevado a un asilo, por eso sé que se encuenta ahí. ¿Algo más? Voy a mi nueva celda ja, ja, ja.

—Sáquenla de aquí —pedí. Antes de que saliera me dijo unas últimas palabras que me dejaron perplejo, cuando ella se fué, me quedé arrodillado en el piso:

—¿Se encuentra bien jóven? —preguntó un oficial.

¡Maldita sea! ¿Cómo voy a decirle eso?

*fin del flashback*

Luciana... *(terminada)*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora