70. VIERNES

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Antes de que llegue mamá.

Creí que lo había logrado.

Cuando llegué a casa, abrí la puerta con prisa y corrí rumbo a mi cuarto sin mirar la sala ni la cocina. ¡Grave error!

La puerta de mi cuarto estaba abierta. Y yo nunca la dejo abierta.

El monstruo me esperaba en mi propia habitación. Estaba recostado sobre mi cama, con el teléfono entre sus manos.

Asustada, empecé a gritar mientras corría de nuevo por las escaleras. Él se dio cuenta y salió tras de mí apenas pudo.

Me escondí dentro de la alacena, debajo del lavabo de la cocina, antes de que él me alcanzara. Y, aunque yo no podía verlo, sus pisadas se escuchaban muy fuertes. Además, llamaba mi nombre con furia.

En un momento, oí que el monstruo salía al jardín trasero. ¡Supe que era mi oportunidad!

Apurada, regresé a mi cuarto, encendí la filmadora y cerré la puerta, sin trabarla.

No quería que el monstruo me lastimara. No quería que volviera atacarme. Pero sabía que debía permitirlo: para que la tía lo pueda encerrar el domingo y para que a mamá y a mi hermanito no les pase nada malo.

Me arrojé debajo de las mantas y aguardé.

Él no tardó en llegar.

Ay, estoy llorando al recordarlo.

En la edición impresa, estás páginas salen así, como mojadas por las lágrimas

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En la edición impresa, estás páginas salen así, como mojadas por las lágrimas. Creo que es un detalle que ayuda a comprender la gravedad de la situación.

 Creo que es un detalle que ayuda a comprender la gravedad de la situación

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Queda poco para el final. 

La niña que  luchaba contra monstruos (TAMBIÉN EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora