Capítulo 30 - Adiós

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Beck.

Nos quedamos hablando durante toda la noche, acerca de nosotras de su viaje, de su reciente encuentro y ahora novio, de mi mamá y de la oportunidad que se abría ante mi.

Ca: Entonces — soltó con pesadez — te vas en una semana.

-Si — sentí nostalgia.

Ca: Nada será lo mismo sin ti.

-Te voy a extrañar demasiado a ti y a todos tus locos problemas.

Ca: ¿Pero no sera el fin verdad?

-No, eso creo.

Sentí algo de pesadez en sus palabras, notaba sinceridad en sus comentarios.

Ca: No me dejes — hizo un puchero y le respondí haciendo lo mismo — ya esta bien, entiendo que quieras volver con tu mamá y que además regresaras a estudiar, pero no se si yo pueda sobrevivir sin ti — bufo— moriré de hambre.

Solté una carcajada por su berrinche, la mire y sonreí.

-Te amo.

Ca: Y yo te amo a ti, deseo lo mejor para ti amiga, lo sabes ¿no?

Nos fundimos en un abrazó muy sincero, solté un par de lágrimas y poco a poco nos soltamos del abrazo.

Simón

El libro que había leído me encantó, me tomo menos de 5 días leerlo por completo, volví a la librería con ganas de encontrarme otro buen libro y de paso de nuevo a la castaña.

Fui por tres días seguidos y ella no dio señales de volver, me sentí triste; al cuarto tome un libro cualquiera del estante y camine de regreso al departamento en el que me había estado quedando.

Miraba las calles y juraba que respiraba paz, una extraña corriente eléctrica me recorrió el cuerpo y de pronto vi a la castaña.

Iba vistiendo un overol y camiseta amarilla, ademas de que su rostro estaba adornado por un lindo par de gafas redondas.

Me acerque a ella, quien al parecer esperaba a alguien mas por que se detuvo en una acera y revisaba su teléfono viendo a los lados.

-Hola — dije despacio tratando de no asustarla, aunque no funciono, se asusto y dejo caer su teléfono — perdón — dije, mientras me agachaba a tomar el aparato.

Una sensación de pesar se instaló en mi pecho cuando recogí su teléfono y vi que usaba como protector de pantalla una imagen de ella abrazada a un chico

Na: ¿Quien e..?

-Soy Simón, ¿el otro día? ¿librería? — dije entregándole el teléfono mientras ella intentaba recordarme.

Na: Oh si, te recuerdo ¿como estas? ¿Vives cerca?

-De aquí a unas cuadras.

Na: Yo igual.

Sonreí.

-¿Esperabas a alguien?

Na: Si, mi mejor amigo quedo de encontrarme aquí y no viene y estoy empezando a desesperarme .... ¿Que? — cuestionó mirando mi rostro que tenia plantado una gran sonrisa.

-Haciendo berrinche, con ese tamaño y esa ropa, te hace ver tierna.

Su rostro se torno rosado y agacho la mirada, mientras sonreía.

-Ahora pareces un minion.

Na: ¿Acaso me estas comparando con un mini esclavo?

- Jajaja, pero que exagerada eres.

-¡Nath!, lamento la demora — un chico se nos acerco y abrazo a Nathalia — Hola — mencionó en mi dirección y yo lo salude del mismo modo.

Na: Saak, Simón; Simón, Saak — nos presentó — te dije que la próxima vez que me hicieras esperar de nuevo te cobraría la comida de un mes entero.

Sa: Perdóname — puchereo.

Na: Bien, ya vámonos, adiós Simón — dijo tomando del brazo al chico y alejándose de mi.

Sa: Adiós Simón — dijo el joven que iba a rastras de la mas pequeña.

Sonreí al percatarme de que el chico de la foto era el mismo ahí presente, mi corazón dio un vuelco al saber que ella vivía por ahí y que era muy probable volver a verla.

Camila

La semana había pasado asquerosamente rápido, mi amiga había preparado todo para su viaje y al día siguiente partiría.

Llegada la noche antes de su partida, me sentí mal, mi estomago devolvía todo lo que comía y me sentía muy pesada.

Tome un poco de té y regrese a mi habitación, estaba a punto de dormir cuando mi teléfono empezó a sonar, vi un número desconocido en la pantalla y sentí un leve escalofrío en la sangre.

-¿Hola?

-Camila, no hagas preguntas, no tengo mucho tiempo, mañana iras al ala B de la biblioteca, a las 4 p.m. estaré en el pasillo 6, es urgente — dicho esto colgó el teléfono y me quede con una sensación de terror en todo el cuerpo.

Beck.

Finalmente el día había llegado, luego de algunas mini reuniones con los pocos amigos que había hecho y de despedirme de ellos en  el transcurso de la semana, estaba lista.

Tome mis maletas, mire por ultima vez por la ventana de mi habitación, extrañaría todo eso.

Ca: ¿Lista? — interrogó Camila, quien me observaba desde el umbral de la puerta.

Asentí y tome una de mis maletas mientras mi amiga tomaba la otra.

Llegamos al aeropuerto en cuestión de nada y poco a poco sentí como todo iba desvaneciéndose.

Una vez que llegamos, me lleve una grata sorpresa, amigos de la universidad y del trabajo estaban ahí, con un pequeño cartel que decía "Te extrañaremos Beck"

-¿Que es esto? — sonreí.

Ca: Pues al parecer eres alguien muy amada Beck — respondió y note complicidad en su voz.

Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, abrace a cada uno, realmente los extrañaría.

May: Mas te vale volver a visitarnos.

Es: Estoy con ella.

Ra: Yo ni los conozco, pero estoy con ellos.

Todos empezamos a reír, la nostalgia empezó a invadirme una vez más.

Ca: Iré a visitarte pequeña, ni creas que te libraras de mi tan fácilmente

-Jajaja, estaré esperándote, sobre todo por que sé que quemaras esa casa.

Ca: No lo dudes — dijo riendo, pero poco a poco sus sonrisas se vieron opacadas por lágrimas pesadas.

-Ya, ya — dije abrazándola, tratando de consolarla.

Pronto por las bocinas escuche que llamaban para mi vuelo, tome mi equipaje mas pequeño y camine en dirección a la revisión.

Antes de desaparecer por la puerta, me gire para ver a mi amiga, pero todos estaban ahí, expectantes, me limite a agitar mi mano despidiéndome de todo.

-Adiós — pronuncié mas para mi misma que para ellos, entonces me fui.











Una vez más ≈ Morat.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora