O6: Salvavidas

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Suspire mirando con cansancio a la señora frente a mí hablando sin cesar, un fajo muy gordo de dólares estaba entre sus manos y no hacía nada más que agitarlos en mi cara.

— Te pagaré el triple de lo que ese cerdo te pagará, ¡acéptalo niña! — me exigió agitando el fajo en mi cara, rodé los ojos acomodando mi bolso que amenazaba con caerse de mi hombro.

— Lo siento señora, no puedo aceptarlo. — respondí por quinta vez harta de la situación, estos tacones de aguja me estaban matando y quería llegar ya a mi casa para poder comer y dormir a gusto.

— ¿Que acaso estás ciega niña? ¡Te estoy ofreciendo más dinero que él! Acéptalo y úsalo en lo que se te dé la reverenda gana. — siguió insistiendo con el fajo de billetes en mi cara.

Suspire contando hasta cien, ¿como es que me metí en semejante lío? Bueno, hace un par de días mi jefe me había asignado el caso de un divorcio de una pareja de la clase alta.

Ese día el señor Kim Hwang se apareció en mi oficina con un folder de manila que contenía fotos de su futura ex esposa con otro chico, mucho más joven y bien parecido. Lo que el señor Kim quería hacer era quitarle todo a su esposa, incluyendo la custodia de sus hijos y los muchos bienes que ella poseía, aparte de una cuota por la manutención de los hijos.

Traté de estar enfocada en el caso, pero el señor Kim no me lo facilitó ya que cada cinco segundos intentaba coquetearme. Presumiendo lo muy bien que había hecho sentir a varias chicas de mi edad en el pasado.

Su esposa no se equivocaba al llamarlo cerdo.

— Puedes gastarlo con tu novio, estoy muy segura de que una jovencita tan linda como tú no esta sola. — le mostré una de mis más falsas sonrisas y la señora suspiró guardando el fajo en su bolso.

— Lo siento pero no puedo hacer nada señora, su marido quiere dejarla en la calle. — dije y la señora me dio una mirada de "¿crees que no lo sé?", suspiré cansada.

°°°

Me encontraba sentada en unos de los sillones que había en mi sala, tenía una cerveza helada entre mis manos.

Ya habían pasado un par de días desde la última vez que estuviste en mi departamento, debías volver a tus actividades ya que por lo que entendí te preparabas para hacer un regreso.

Estaba emocionada por ello pero a la vez triste ya que era consciente de que no podrías pasar mucho tiempo conmigo, aparte de que sería algo difícil que pudiera ver o escuchar la canción ya que ,como siempre, estaría abarrotada de trabajo.

La canción de tu debut era lo único que se escuchaba en mi casa, una pequeña sonrisa estaba instalada en mi rostro al recordar el vídeo de esta, aparecías con una modelo de comerciales.

— You attack my heart. — canté un poco cerrando los ojos, amaba tu voz al cantar. Era lo mejor que podía existir para mí.

La canción seguía sonando, me sentía en paz.

Di un largo sorbo a la botella que se encontraba entre mis manos, había olvidado hacer mi cena debido a lo muy cansada que me encontraba después de estar más de una hora escuchando a la señora Kim. Estaba agotada.

Miré mi celular para verificar la hora, ya iban a ser las once.

Felizmente no tenía trabajo al día siguiente gracias a que es viernes, así que no debía preocuparme tanto.

Suspiré después de unos minutos debido a que me encontraba extremadamente aburrida, no podía llamar a nadie porque no quería incomodar.

Pero sé quien me soportaría a esta hora.

Una hora después el timbre sonó y supe que mi salvavidas había llegado, sonreí levantándome del sofá para ir a la puerta. Estaba contenta.

— Kahei.

— Sooyoung — me sonrió mostrando una caja de donas.

Había cambiado el rosado por el naranja y ahora llevaba cerquillo, le quedaba bien.

¿No te parece raro que ahora la presencia de Kahei no me molestara? Si ella pudiera leer mis pensamientos creería que la odio, pero nada de eso, me agrada bastante para ser sincera.

Simplemente ella aparece en los momentos menos indicados.

La conozco desde que estaba en la universidad, fuimos novias por casi dos años hasta que sucedió lo de Haseul.

Cualquiera pensaría que enfurecí cuando las encontré así, y no se equivocaría, estuve muy dolida por un par de semanas pero en parte sabía y no quería reconocer que ya nada era lo mismo con Kahei.

Ninguna quiso ver la cruel realidad hasta que llegaste a mi vida, haciendo más claro el hecho de que ninguna seguía sintiendo amor por la otra, todo eso se convirtió en aprecio por el tiempo que pasamos juntas.

No guardaba ninguna clase de rencor hacia ella o Haseul y ella no te odiaba, o eso quería creer ya que desde hace unos meses se ha estado comportando bastante rara conmigo.

Antes si te mencionaba lo único que hacía era sonreír y preguntarme sobre tu bienestar ya que sabía que eras una idol. Ahora solo me mira con tristeza y fuerza su sonrisa, ignorando que noto muy fácilmente la falsedad en esta.

Como ahora que escuchó tu canción en mi reproductor.

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BABY。   ♯CHUUVESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora