Hace once meses.
Un fuerte dolor de cabeza fui lo primero que sentí al despertar, mis ojos fueron pronto a parar en mi padre y Kahei, ambos estaban sentados durmiendo no tan cómodamente. Aclaré mi garganta para despertarlos, funcionó al ver como Kahei se levantaba de un salto. Una sonrisa se dibujó en su rostro al verme, no pude hacer lo mismo ya que el fuerte dolor de cabeza no me dejó.
— ¿Cómo te sientes? — preguntó ella tomando mi mano con delicadeza mientras me miraba a los ojos.
— Me duele bastante la cabeza, ¿qué hago aquí? — dije mirando a todos lados confundida, la televisión de la habitación estaba apagada.
Ambos me miraron sorprendidos, luego mi padre se levantó con algo de dificultad diciendo que iría por la enfermera para hacer que me ayudara con el dolor de cabeza.
— Tuviste un accidente y terminaste inconsciente por varios días — me explicó Kahei, asentí sin darle muchas más vueltas. — ¿No recuerdas nada de lo que pasó allí? ¿No sientes que has olvidado a alguien?
— Creo que estaba yendo a visitar a mi padre ¿Debería recordar a alguien en específico? ¿El taxista?
— No, no, solo quería saber si nos recordabas, pero veo que sí — ella rio aun sosteniendo mi mano.
Asentí, estuvimos un rato hablando, Kahei me preguntaba por varios nombres para ver si no reconocía a alguien. Pero eso no pasó, creo que solo había olvidado el accidente y a quienes habían estado involucrados.
Pasé el día acompañada de Kahei y mi padre, ambos me hablaban todo el tiempo y parecían no tener cuando callarse, no me molestaba en lo absoluto ya que así me mantenían ocupada. Luego la hora de visitas terminó y ellos debieron irse, la enfermera me dijo que en una semana o menos me darían de alta ya que no parecía haber sufrido muchos daños.
— Unnie — vi como entrabas apresurada a la habitación, fruncí el ceño al verte ya que no tenía la más mínima idea de quien eras — ¿Por qué me miras así, unnie? ¿Tengo algo en la cara?
— ¿Quién eres?
Tus ojos se abrieron como platos, hiciste una mueca y te sentaste rápidamente en la silla que ocupó Kahei. Tomaste mis manos y las acariciaste haciendo que sintiera mucha calidez, escuché tus sollozos. Me sentí terrible, ¿cómo podía haber hecho llorar al ángel más lindo que he visto?
— Lo siento — sollozaste.
Quise decirte que no debías disculparte, que no era tu culpa que no te pudiera recordar, pero tus labios sobre los míos no me lo permitieron. Al principio me sorprendí bastante, tu manera de besarme siempre había sido torpe y dulce a la vez. Movías tus suaves labios con timidez, hasta que yo tomé el control haciéndolo más largo.
Al separarnos besé tus mejillas borrando tus lágrimas, no merecías gastarlas en alguien como yo, empecé a recordar nuestra larga historia juntas.
— Eres mi novia, mi bebé — afirmé.
Desde entonces venías todas las noches después del horario de visitas y te ibas muy temprano para no ser descubierta por los enfermeros, cuando venías me preguntabas sobre mi día y luego dormíamos juntas.
Había pasado un par de días desde el día en que me dieron de alta del hospital, me sentía feliz de ya no estar en ese horrible lugar, ya tendría la libertad de estar todo lo que quisiera contigo. El primer día estuve totalmente sola, ni tú ni Kahei habían ido a visitarme.
Estaba leyendo un libro que mi padre me había regalado por salir del hospital hasta que tocaron el timbre, lo dejé y corrí a la puerta, Kahei estaba allí sonriente con una caja de donas.
— ¿Cómo has estado? ¿No te has sentido mal?
— Tengo que contarte algo — dije moviendo las cejas dejándola pasar.
Fue directo a la cocina, la seguí sonriendo observando como se servía un vaso de agua después de dejar la caja en la encimera.
— ¿Qué pasó? — preguntó antes de beber.
— Recordé a Jiwoo.
Escupió el agua de la sorpresa creo yo, cuando vi que ella estuvo mejor se reincorporó. Me miró asustada, no entendía lo que había pasado, ¿acaso había dicho algo malo?
— Me visitó en el hospital — expliqué.
— Oh... ¿Sabes en dónde estuvo ella cuando tuviste el accidente?
— En una presentación.
Deja tu votó si te ha gustado el capítulo.♡
ESTÁS LEYENDO
BABY。 ♯CHUUVES
Fanfic❝ Kim Jiwoo, poseedora de un carácter sumamente infantil que te hace olvidar que tiene veintitrés años, unas facciones que le dan la apariencia más adorable aún esté molesta y una sonrisa que puede enamorar a cualquiera. Pero lo más importante, ella...