Lions || (G)I-DLE

Miyeon

Mis padres murieron cuando a penas tenía quince años. Y yo, seguía siendo inmadura, seguía siendo irresponsable, seguía siendo una niña. Pero tuve que asumir el trono por obligación, tuve que privarme del resto de mi adolescencia y tuve que responsabilizarme de todo el reino de Keiireestán.

Yo creía que convertirme en reina iba a ser un recuerdo muy feliz, yo no imaginaba que mis padres no iban a estar conmigo. Creía que estarían a mi lado, apoyándome. No pensaba que iban a tener los dos la misma enfermedad al mismo tiempo, mucho menos que ésta los arrastraría hacia su muerte.

Pero entonces, el día de mi coronación era el que menos esperaba. Ni siquiera me dejaron tener un mes para despedir a mis padres en paz, porque a la semana ya iba a ser la ceremonia. Con unas frías palabras memorizadas, me convertí en reina. Pocas personas asistieron, nadie creía que yo sería capaz de reinar. Pero no me importó, yo estaba demasiado triste, ni siquiera yo misma creía que iba a saber reinar. Sólo quería a mis padres de vuelta. No quería ser reina. No así.

Estuve muchos meses deprimida, sentada en el trono sin estarlo, porque era como si no existiera. No hablaba con nadie a menos que fuera necesario, y los días de mi cumpleaños eran los peores de mi vida. No quería existir.

Hasta que un día tuve un sueño con mis padres. Lo recuerdo muy bien. Ellos me decían que debía ser fuerte, que debía seguir el camino que ellos habían comenzado, que tenía que ser feliz, pensar en que ellos estaban siempre a mi lado, apoyándome.

Ese día me levante llorando. Pero era diferente. Estaba más animada, estaba mejor. Ya no sentía tanto dolor, casi nada.

Yo era la reina, siempre había querido serlo. Así que me levanté con una sonrisa y desayuné por primera vez en la mesa. Revisé los registros del reino, y me comporté por primera vez como una verdadera reina.

Y así estuve siempre desde ese entonces, reinando con una sonrisa, con bondad, hasta ahora, que tengo veintiún años y lo sigo haciendo. Soy feliz así, porque también interactúo con las demás personas y nunca me aburro. Siempre hay tranquilidad.

Y espero que siga habiendo paz en mi reinado.