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Lo que Soyeon tanto temía sucedió.
Jooheon llegó a su reino y lo invadió por completo.

ㅡ¿Qué tal, majestad Soyeon? ㅡle dijo burlón cuando estuvo frente a ella.

ㅡVete ㅡespetó la chica, mirándolo como si quisiera asesinarlo.

ㅡ¿Que me vaya? Pero si acabo de llegar. Y mis queridos soldados ya se están instalando. ¿No crees que sería un pésimo servicio echar a los invitados?

ㅡNadie los invitó ㅡrespondió furiosaㅡ. Vete de mi reino y llévate a tus soldados.

ㅡOh, claro que los invitaron. Yo los invité, ¿y sabes por qué? Porque ahora yo soy el dueño de estas tierras, y yo decido a quién invitar y a quién no. Así que ellos se quedan, yo me quedo, y tú y tus sucios soldados, ciudadanos, lo que sea, nos brindan el servicio que necesitamos, ¿te parece? ㅡsonrió con malicia.

ㅡPor supuesto que no. Estas tierras nos pertenecen a mí y a los ciudadanos que viven aquí. Yo soy la reina. Así que tú te vas y tus soldados también. Todo resuelto.

ㅡNo sirves como reina, ¿por qué insistes en comportarte como una?

ㅡCierra la boca. Soy mejor reina que tú. Y soy la reina de Kabby. Así que te largas de aquí, u obtendras grandes...

ㅡ...¿consecuencias? ㅡterminó la frase y soltó una carcajadaㅡ ¿Qué me harás? ¿Rasguñarme? ¿Golpearme con tus manitos? ¿Revolearme tus tacones?

Los soldados que estaban allí rieron. Soyeon se sintió más ofendida.

ㅡHaré que te arrepientas de haber pisado estas tierras ㅡla voz de la chica sonaba cargada de odio.

ㅡ¿En serio? ㅡJooheon fingió sorpresaㅡ ¿A ver? ¿Qué es lo que puede hacer una debilucha mujer?

Soyeon se le trió encima y le mordió muy fuertemente la oreja.

El chico la emujó ayudado de sus hombres y provocó que cayera al suelo, para atrás. Estaba furiosísimo.

ㅡ¡¿Estás loca?!ㅡexclamó molesto, sobándose la oreja llena de sangre.

ㅡTú, tus estúpidos soldados, y tu maldito e insoportable carácter me ponen loca ㅡescupió la sangre que le había quedadoㅡ. Quiero que te vayas de mi reino.

ㅡSuficiente. No quieres entender que ya he tomado estas tierras, ¿eh? ㅡla tomó del brazo fuertementeㅡ Haré que entiendas.

ㅡSuél-tame ㅡmanifestó con una mueca de dolor, intentando zafarse.

Jooheon no le hizo caso, y comenzó a llevarla hacia algún lugar, seguida de otros soldados.

ㅡ¡Suéltame! ¡Suéltame ahora! ㅡsiguió gritando.

ㅡEstás loca. Y las locas se van al calabozo ㅡespetó sin soltarla.

ㅡ¡No! ㅡnegaba con la cabeza, a punto de llorar.

No podía creer que había llegado hasta ese momento.

Le iban a quitar su reino. La iban a encerrar. Cómo si fuera una criminal. Y era la reina.

Simplemente no entendía para qué Jooheon hacía eso. ¿Para qué quería más y más tierras, si ya tenía miles? ¿Por qué adoraba tanto hacer sufrir a la gente? ¿Por qué era así? ¿A caso no tenía corazón, no tenía humanidad? ¿A caso no sentía remordimiento de alguno de sus viles actos? ¿No pensaba en cómo sería el mundo si reinara la paz, que tenía que quitarla cada vez que encontraba oportunidad?

Jooheon llevaba a Soyeon por el medio del pueblo, apretando su brazo, seguido de sus hombres, camino al calabozo, detrás del palacio.

Ella intentaba zafarse a cada rato, pero no podía lograrlo. La gente observaba la escena aterrorizada. Todos se metían en su casas y se ponían a rezar.

Lions || (G)I-DLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora