La historia comienza con una persona huyendo de lo que lo rodea y encontrando finalmente refugio dentro del armario...
No, no es metáfora, literalmente nuestro intrépido y fuerte protagonista se encontraba esa agitada mañana huyendo de su secretaria...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Oye ¿Habrátiempoparatomaralgoantesdelapráctica? —preguntóconunasonrisaamable y misojossesuavizaron.
—Nuncahaytiempo, peroaldiablo, hagamoselnuestro. —Tomésumano y loguié a hurtadillasfueradelinstituto, mezclándonosconuncursoquesalíaantes.
—Sinosdescubren... —susurróentrenervioso y emocionado.
—Nuncadejaríaqueteregañaranpormiculpa, yomeharécargo y diréqueteobligué, conmicaranadielodudaría —sonreí y separódelantedemí, caminandohaciaatrás y mirándomefijamente— ¿Qué?
—Tevesimponenteporqueeresgigantesco, peroenrealidaderesmuyaccesible. —Mesonriónuevamente y meencogídehombrosapartandolamirada— ¿Loves? Esaexpresióntevuelvelindo, Stef.