Pov Stefan.
—Permiso, jefe. —Entró a mi oficina uno de los mejores empleados del departamento, Isaac Malik— ¿Revisó el informe que hizo administración sobre nuestros d... —Levanté la mano, callándolo.
Me observó sin darle mucha importancia a mi expresión de drogadicto en rehabilitación por consumo de metanfetamina.
—Ya, ya lo hice, no fastidies un momento —mascullé irritado y sí, le di un vistazo simple a esos papeles, pero no podía concentrarme.
Ni siquiera yo mismo entendía lo frustrado y jodidamente molesto que estaba desde que el androide y yo no nos veíamos. Pasaron pocos días, pero todo era tan molesto que parecían semanas. Puto Calem y su jodido culo caliente con ese jodido Gadiel.
Malik, el cual continuaba en mi puto espacio de trabajo acomodando su semilargo cabello negro hacia atrás, se encogió un poco de hombros.
—Muévete, que no te pago para que estés parado rascándote el culo, todavía hay mucho por hacer y la presentación del nuevo producto del cliente de Osaka no se hará sola.
—Bien —afirmó calmo—. Por favor avíseme si hay algún problema o error con los informes, los chicos del piso de abajo estaban algo insistentes con el tema de las revisiones.
Lo observé con mi mejor cara de homicida serial en potencia a las nueve de la mañana un día viernes e hizo una mueca que delata sus pensamientos, los cuales supuse eran "La puta madre, ¿Por qué no elegí psicología y no esta carrera tan estresante y endemoniadamente competitiva?". O algo por el estilo.
Pero así de insufrible estaba luego de casi una semana sin tener sexo con Calem. Ni con nadie en general. Objetivamente sabía que estaba siendo más mierda que de costumbre, pero me superaba mi carácter.
—Es el maldito trabajo de los de seguridad informática, no el mío. Cristopher mandándome a revisar esta basura de mierda y llenándome de papeleo, eso no es mi puto trabajo. —Le arrojé los papeles en mi escritorio— Llévale esto a ese piso y que Kiselev se haga cargo de ver qué coño esta mal.
—Correcto, lo haré señor. —Me miró de lado— Tómese el día si no se siente bien. —Se despidió con la cabeza y salió para hacer algo útil con su maldita vida.
En otras palabras dijo que si voy a estar con este humor verga mejor me vaya a mi casa. Capté el mensaje, inútil ingrato.
—Joder... —Suspiré.
Tenía razón.
Lo enviaron a él a mi oficina porque son unos puntos cobardes, cuando estoy insufrible sé que hablan a mis espaldas y los únicos que se animan y tienen bolas para enfrentarme sin lloriquear son Isaac, Erika o Bruno.
Isaac Malik y Erika Kiselev son igual de eficientes y aguerridos, siempre están discutiendo entre ellos, aunque son cordiales con todos en general, cuando se trata de ambos se ponen irreconocibles y que ni siquiera sus disputas matutinas me entretuviesen era una mala señal.
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EN EL ARMARIO (+18↔GAY)
RomanceLa historia comienza con una persona huyendo de lo que lo rodea y encontrando finalmente refugio dentro del armario... No, no es metáfora, literalmente nuestro intrépido y fuerte protagonista se encontraba esa agitada mañana huyendo de su secretaria...