La desesperación más allá de lo habitual. No era que en serio quería estar ahí, un lugar dónde literalmente el contexto era escaso, donde la iluminación y las palabras se volvían aburridas. No era lo mismo, no quería que alguien más tuviera que decirle que lo que hacía con su vida no era correcto. Puta vida, lo necesitaba.
Aquel centro de ayuda era ridículo, a quién se le ocurre poner con pintura roja esas letras para después a alguien sonriendo, por favor, ni que fuera una advertencia de amenazar tu vida sino lo haces. No es concebible que a otro ser le importe tu vida, es tuya, haces lo que quieras con ella, la desgastas si eso quieres, te pones frente al abismo de la muerte y no te lanzas porque te falta valor.
Un círculo de al menos trece personas, mezclas estúpidas, atuendos ridículos, presentaciones de la misma forma, palabras pendejas. La mente podría estar ocupada pero ahora tenía que responder un: ¿Por qué estás aquí? Casi se ríe al intentar hacerlo.
«Ojalá ser como ella, ojalá dejar de tener miedo cada que estoy a oscuras, ojalá masturbarme y gritar el nombre de cualquiera sin importar qué, ojalá drogarme hasta perder la conciencia de tanto alucinar cada cosa placentera que viene a la mente, ojalá salir y descubrir la verdad de las rutas escondidas del placer, ojalá decir palabras grotescas frente a una sociedad de mierda sumida en la miseria, llena de miedo, llena de ideologías de esclavitud, ojalá ser alguien grande como ella, a cada lugar llegar y armar un caos justo como ella, saber que nadie me detendrá pase lo que pase, si peleo, si grito, si mato, ojalá ser como ella, tomar hasta hacer cosas ridículas, hasta que mi rostro se encuentre alrededor del mundo, hasta ser indispensable, hasta ser un chiste, hasta conquistar paredes impenetrables, tener sexo a montones sin usar protección, sentir libertad cada que una acción comienza. Ojalá mirar las estrellas sin un telescopio, ojalá tener dinero y comprar el mundo para llevarlo a la mierda más rápido, ojalá vivir para siempre y seguir con la joda del paso, ojalá cantar frente a décadas pasadas, ojalá mirar a futuro y descifrar códigos de ahora, ojalá conocer a detalle, ojalá ser superior, ojalá ser como ella, vestir como puta, acostarme con quien pase de frente, ojalá hacer música y ser relevante, ojalá escribir como lo piensa ella, tener ideas y conocer como plasmarlas, conocer cada parte de la mente de ella y convertirme en una artista tal como lo sería ella si tuviera todo lo que quiere, ojalá lo mierda se valla, se lleve sus pendejadas, su ansiedad, su pánico, su alucinación, que se vaya al carajo y no vuelva, ojala ser como yo y que le valga mierda al mundo»
Sí, todo ese tiempo solo pensó en ella, en lo qué es ahora y en que no podría ser de otra manera. No respondió más que con un "por pendeja".
Tres putas horas estar ahí. Alguien la mira, ella solo ríe de aquel de cabello rojo. Bien, treinta minutos para conseguir algún narcótico. Cuatro ridículos en el césped con cigarrillos. Sus pasos hasta ellos son los mismos, firmes.
—¿Alguno me da un cigarrillo?
—Preciosa, estamos en un centro de ayuda, ¿Sabes lo difícil que es meter uno de estos?, Olvídalo –La risa se apodera de ella ante la respuesta de uno de rulos.
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𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐜𝐫𝐲, 𝐑𝐨𝐬𝐞
Non-Fiction1986. Una lucha de problemas internos que afectan tanto a él como a ella. Necesidad incontenible de placer, de disfrutar la vida y evitar sentir. No llores, Rose. Historia escrita +18 Contiene lenguaje sin censura. Escenas explícitas (sexuales...