Ser libre o ser esclavo eran la misma cuestión. Lo que se escuchaba era todo; la música, la ideología, la época. Todo era exacto, era nuevo; el carácter era reformado por aquellos quienes se creían superiores. La libertad es una dicha, es un concepto, es solo un anhelo que no puede ser real. Es algo en lo que tanto Axl como Baudell eran sumisos sin aceptarlo.
Esa noche Axl despertó en medio de algo, no había sido un ruido o que necesitara alguna droga, fue solo que se asustó tanto de haber soñado con Baudell Brownstone que no pudo conciliar el sueño más. Axl se mentía a sí mismo sobre conocerse, no sabía quién era, pero tenía una ligera idea de lo que podía ser con Baudell a su lado; no lo quería. No quería eso, no quería simplemente dejar la vida que soñó con conseguir por solo una mujer. Lo que habían tenido no era una cita, ni siquiera se decían lo que la gente estúpida solía decirse cuando salían. Solo eran peleas, sexo, golpes y al final alguna que otra palabra tonta cuando el otro estaba a punto de matarse.
—¿Crees que algún día me deje? –habla Axl sin razón a un adormilado Izzy Stradlin quien había salido al jardín a fumar un cigarrillo. Ambos miraban desde abajo el agujero del piano, nadie se había acordado de repararlo.
La pregunta de Axl fue como si el mismo Axl no la hubiera hecho, o si no debía ser porque no estaba razonando bien, pero tampoco estaba drogado. Simplemente preguntó si algún día Baudell lo dejaría, no dijo otra cosa como "¿Crees que algún día se vaya?" o "¿Cuánto más crees que esté aquí?" Pero no dijo ello, no prestó atención en ella sino en lo que él podría sentir si se fuera, si lo dejara.
—No –responde Izzy luego de succionar su cigarrillo y soltar el aire —Esa mujer nunca va a dejarte, idiota. Está loca por ti –Axl por instinto curvea los labios, Izzy vuelve a fumar y continúa —Y aunque seas el más hijo de puta con ella, tampoco vas a dejarla porque estas igual de estúpido por ella.
El pelirrojo no comprendía, y se lo dijo. Ella actuaba de la misma jodida forma con él, era una hija de puta. La paciencia del pelinegro se estaba agotando, escuchaba a Axl e intentaba responder, pero no lo dejaba hasta que finalmente terminó su cigarrillo y dijo: "ella es así, tú eres así, ya deja de joder". Y se marchó.
Tal vez Izzy no se equivocaba.
Axl se quedó un momento afuera, aún con la vista al gran agujero y pensando lo que pasó aquel día; ahora todo estaba igual que antes, los chicos metiéndose cualquier porquería por donde podían, Baudell teniendo sexo con Axl y él estando en paz con eso, al menos por lo que duraba. A nadie le importaba más allá de la música, ellos solamente preocupados por no estar conscientes o coger hasta perder la noción. Cuando Axl estaba sobrio, vaya que tenía un panorama diferente, y vaya que lo sentía más. No era lo mismo con Baudell.
Axl entró a la casa, iban a dar las cuatro, recordó que dentro de poco lanzaban el nuevo álbum, nada tenía que ver con Appetite. El pelirrojo recorría los pasillos con su voz en mente; había pensado en el agujero de nuevo, en toda la mierda que ha hecho por Baudell, y vaya que había sido bastante, tanta que aún no era suficiente.
Solo cuando dormía -y no todas las veces- Axl se quitaba la bandana, era extraño verlo sin una cubriendo su frente. El pelirrojo subió las escaleras luego de encender un cigarrillo. Caminaba lento, veía lo que pasaba en cada habitación al abrir la puerta, Slash y Duff estaban dormidos, Izzy apenas iba a acostarse de nuevo, seguro antes se había pajeado; Steven estaba inconsciente con polvo a su alrededor, si ese hijo de puta seguía así se iba a largar.
En el cuarto de Baudell se escuchaban ligeros ruidos, quizá tenga de nuevo otra de esas mierdas donde pierde el control y casi se mata. Axl no entró por el simple hecho de saber que no lo haría, además, tampoco tiene que ser esa clase de hombre que está con ella cuando no puede estarlo ella misma. Seguro aún tiene un poco de heroína, eso la pondrá bien. Igual sabía que nada iba a pasarle mientras estuviera aquí. Parece que después de todo la conocía un poco más que a él mismo.
Axl regresó a su habitación, arrojó el cigarrillo hacía algún rincón y tomó dos píldoras para dormir. Se acostó en su cama mirando el techo y con las manos detrás de su cabeza, estaba pensando en aquella canción que cantó mientras Baudell lo observaba con el rostro pintado, casi rió, pero en lugar de ello tuvo una erección. Mientras con su mano derecha intentaba tener un orgasmo, pensaba cada vez en toda la mierda de su vida y que realmente no sabía cómo siendo el idiota que nadie quería ahora estaba en la cima de Los Angeles.
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𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐜𝐫𝐲, 𝐑𝐨𝐬𝐞
Non-Fiction1986. Una lucha de problemas internos que afectan tanto a él como a ella. Necesidad incontenible de placer, de disfrutar la vida y evitar sentir. No llores, Rose. Historia escrita +18 Contiene lenguaje sin censura. Escenas explícitas (sexuales...