(Escuchen las canciones que pongo en cada capítulo ok)
Ciudad de México, 1942
Parecía surreal, aquel día estaban discutiendo en la plaza y jugando a pasar vergüenzas, pero en ese momento ambos estaban en el jardín, a la luz de la luna y sin parecer estar molestos de la presencia del otro.
– Fue una noche encantadora, pero este poeta desconocido tiene que retirarse por hoy, nos veremos luego.
– Joaquín. - dijo el menor para que este no olvidase su nombre.
– ¿Perdón? - preguntó Emilio confundido mientras caminaba hacia la salida.
– Por si habías olvidado mi nombre.
– Yo no lo olvidaría.
– Pues creo que si te olvidas de tus amigos, mira, se están yendo sin ti. - cambió el tema el menor y señaló a aquel trío.
Emilio se percató de aquello y salió despavorido para alcanzarlos sin decir más, sin despedirse de Joaquín.
Iba a alcanzarlos hasta que oyó unas extrañas voces murmurar. Se detuvo para escuchar la platica con discreción entre esos dos hombres.
Se había quedado perplejo, le había parecido escuchar el nombre de su padre.
Sus amigos se habían marchado sin él, se detuvo para escuchar con cautela, se acercó poco a poco a la habitación donde se escuchaba la conversación. Aquellos hombres claramente pronunciaron "el señor Osorio".
Trató de escuchar mejor la conversación adentrándose más y más.– ¿Y tú quién demonios eres? - Exaltó un alto hombre que sorprendió a Emilio por detrás. El señor Bondoni.
El delgado y rizado joven se quedó paralizado sin saber qué responder.
– Ya m-me, estaba... - titubeaba torpemente.
– Mejor vete si no vas a saber hablar.
– Si señor, con permiso. - obedeció rápidamente y dio unos pasos hasta que el señor lo detuvo.
– Momento ¿tú eres el muchacho simpático que cantó esta noche?
Emilio sonrió apenado.
– Bueno si usted piensa que soy simpático, ese mismo soy. Me llamo Emilio.
– Déjame que te presente, ven acá. - el señor cambió de semblante y tomó al chico del brazo, dirigiéndolo a una habitación llena de otros hombres siguiendo la fiesta. Con juegos de azar, alcohol y puros.
– ¡Miren a quien les traje, señores! - gritó Uberto para que voltearan hacia ellos.
Los señores en medio de su juego interrumpieron para aplaudir a aquel jovencito.
A Emilio algo no le estaba oliendo bien.
– ¿Y nos va a cantar? - exclamó uno de ellos.
– Anda muchacho, cántales. - ordenó Uberto en un tono altanero.
Un hombre de mediana edad lo miraba detenidamente, como si quisiera saber de él o lo conociera de algún lado.
El rizado se sentía incómodo en el lugar, pensó que sería mejor retirarse.
– Señor perdone, pero es tarde me tengo que ir.
– ¿Qué? ¿Vine hasta acá para te pongas especial y no nos cantes florecita? - dijo uno en tono burlón y los demás comenzaron a mofarse de risa.
– Oye, ¿sabías que tuve una novia igual que tú? Solo que ella sabía que no podía negarse a lo que uno le pedía. - Otro replicó y los demás rieron aún más.
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Pinceladas a la guitarra [Emiliaco]
FanfictionDos almas artísticas buscan unirse, uno tocando la guitarra y creando melodías con su voz y el otro con sus dedos pintando el mundo, llevando en su mente como musa al chico de cabello rizado que llegó a la casa azul. ¿Qué obra de arte crearán juntos?