Mulan-Peter

5

Un ave llego a un rincón olvidado del amplio valle. Ultron tomó la muñeca que el ave le lanzaba. Se la paso a Thanos.

—¿viene del extremo norte?— pregunto Red Skull. Enseguida la muñeca fue tomada por Carnage

—huele a caballos imperiales— murmuro la creatura y luego paso la muñeca a Ajax.

—será fácil esquivarlos— señalo el hombre.

Thanos negó —no, el camino más rápido hacia el emperador es por ese paso—miro fijamente a la muñeca —además, a la niñita le gustara volver a ver a su muñeca—

Los días comenzaron a pasar. Y el entrenamiento era cada vez más duro.

Todos los soldados fracasaban y los obstáculos que se ponían entre ellos no ayudaban en nada. En especial cuando ese trio se disponía a meterse con Peter, pues lo había tomado como un gusto personal molestarlo.

Y siempre Logan terminaba culpandolo a él ¡si esos tres metían un insecto en su ropa era su culpa! Bueno por culpa del insecto golpeó a Logan con un palo en la cabeza ¡pero ese trío no debía molestarlo!

Wanda le veía cierta gracia al entrenamiento, pero Logan, parecía más molesto que cualquier otro, en especial con el soldado que decía ser hijo de Lehnsherr. Él chico hacía todo mal. No tenía equilibrio, no podía mantenerse en pie en una pelea, no podía utilizar el arco y que decir al momento de apuntar las cargas de pólvora. Débil, de esa forma Logan miraba a Peter.

Talvez antes pudo creer que podría entrenarlo a él y a todos esos vagos, pero luego del trote en la montaña, supo que no podría.

Peter se había quedado al último, tambaleándose con la poca carga que me tocó llevar en sus hombros. Cayó al suelo agotado, Thor quiso ayudarlo, pero Logan llegó antes, le quito las bolsas de debía llevar y las coloco en sus hombros, dejando el peliplata en el suelo.

Esa noche, luego de  correr  por la montaña el Wanda pudo ver como Logan le gritaba al soldado y le entregaba su caballo. Parecía estarlo echando.

—tu no sirves en la guerra cruel. A empacar— tras esas duras palabras se alejo del omega.

Wanda se acercó y toco el hombro del platinado, él cual volteo con susto.

—¿qué sucede?—preguntó  mirando fijamente al menor.

—soy un fracaso, lo mejor será  ir a casa—sin ganas de seguir hablando se alejó de Wanda.

—¡Hey!—lo tomo de la mano y lo obligo a voltear a verla —se de la historia de mi... De tu padre. Pero no estamos aquí para reunirnos con lazos del pasado, lo siento no debo empezar así... Esto es una guerra, no es momento de sentirnos débiles, es momento de dar todo de nosotros y recordar porque estamos aquí, si no puedes recordarlo talvez si debas irte— su tono firme hizo callar a Peter unos segundos —y... Si decides no irte, talvez puedas hablarme de tu padre—

Peter le sonrió a Wanda —no dejare la tropa, gracias. Y te puedo hablar de mi padre cuando quieras —

Cuando la Wanda se retiró, los dos guardianes iban a hacer lo mismo, pero Peter los detuvo. Con la vista fija en el cielo, sonrió —los alcanzo luego —murmuro para correr al tronco, donde la flecha aun incrustada en la cima esperaba por ser liberada.

Tomó las dos pesas que un estaban bajo el gran tronco y las hato en sus muñecas. Volvió a intentar subir pero cayó enseguida al suelo. Debía hacer una forma....

Los ojos de Peter se enfocaron en las correas de las dos pesas. Tenía una idea.

Cuando el sol salió.