Un atardecer especial

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Nota del autor: No se si la representación que escribí es realmente lo que una persona con ataques de pánico sufre. Es algo que escribí basado en cosas que leí sobre la ansiedad y pánico en sitios web, y experiencia familiar. Sólo esto, aclaro devuelta que todo está basado en mi intérpretación y no mi experiencia (personal) así que lamento si esto parece ofensivo de alguna forma. ¡Gracias por leer!

Era la tarde de sábado, y los dos amigos se encontraban reunidos en el jardín. Se conocían hace tres semanas, mientras convertían ese lugar suyo. Ya se les hacía normal encontrarse ahí, como si fuese nada.
Ese día hablaban de los jacintos. Yoosung estaba tirado en el pasto, mientras que Saeran se sentaba delicadamente.

- Creo que recuerdo ese nombre, de mitología....-

-¿Griega?-

-¡Eso es! Pero tu eres el experto en estas cosas ¿Recuerdas la historia?-

-Si, aunque es bastante triste-

-Bueno, muchas de las historias son así ¿No crees?-

-Si... ¿Enserio quieres saberla?-

-¡Claro!-

-Bueno, Jacinto era uno de los hijos de Diomede y Amiclas. Era tan hermoso que dejaba a todos enamorados. Entre esos que enamoró, estaba Apolo, Dios de las artes, y Céfiro, o más conocido como el viento del norte. Los dos peleaban por el amor de el, pero el que parecía ir ganando era Apolo. Un día cuando los dos fueron a lanzar el disco, el viento, celoso, desvió el tiro de Apolo para avergonzarlo. Pero la fuerza de los dos Dioses fue tan grande que, el disco, terminó impactando en el suelo, y rebotando en la cabeza de Jacinto. Ya muerto, Apolo evitó que su alma entrara al inframundo, convirtiendo parte de ella en la flor que brotaría de su sangre derramada. Así lloró a su amado, y lo tuvo cerca siempre- La explicación de Saeran fue tan apasionada que emocionó un poco a Yoosung.

-Wow, si es que triste, pobre Apolo- Yoosung miró hacia el cielo, mientras se preguntaba por que las cosas siempre terminaban mal en esas leyendas.

-Si, por eso no soy fan de esa flor, pero tengo que admitir que es bellísima-

Ninguno dijo nada por un rato, hasta que decidieron volver a casa de Saeran. Eran las 5 de la tarde, así que faltaba un poco de tiempo para el anochecer. Su camino a casa no era tan largo, así que no se preocupaban. Pero Saeran se sentía extraño, el sabía algo.

- Oh, veo que nuestro pelirrojo a vuelto- Una persona desconocida habló, Yoosung no sabía quién era, pero Saeran si, el sabía bastante bien.

- Oh, eres tu Travis- Dijo Saeran, seco.

-Veo que trajiste a tu noviecito a tu jardín, que ¿Iban a tomar el te?- Travis se rió de su propia broma. Mientras tanto, sus compañeros lo miraban, serios, como típicos matones de colegio.

-No es mi novio, y no estoy de humor para tu mierda-

-¿Crees que me importa?-

-Sae, sólo... Vamonos de aquí- Yoosung tocó el hombro de su amigo, insistiendo que se retiraran.

-Que, ¿Eres marica? Oh, espera, si-

Saeran apretó su puño, mientras contenía las ganas de gritar y pegarle. Yoosung empezaba a ponerse nervioso, sabía que si no se iban de ahí inmediatamente, todo iba a terminar mal.

-Escuchame imbécil, no me importa una mierda lo que me digas, pero métete con mi amigo y te mostraré lo que es comer puños-

-Oh, ya veo ¿Te crees rudo? Que tal si le enseñamos a cuidar su boca...¡Chicos!- Los dos matones al lado de Travis tomaron a Yoosung y Sae de los brazos, para que no pudieran escaparse.

Don't Forget The Stars - Yoosung x SaeranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora