SUEÑO. [Pablo Alborán]

6. En familia

Entramos a la casa y Casi, Salva, mi cuñada Alma y mi madre están tomando el té.

- Miren a quién les traigo-. Dice mi padre llamándoles la atención.

- El que nos busca en cada amanecer ha llegado-. Halaga mi hermano con voz robótica.

- ¡Salva!-. le reclama Casilda antes de abrazarme.

- ¿Qué? Es verdad-. Se defiende frunciendo el ceño.

- Hermanita...-. Le digo agachándome un poco. Soy más alto que ella.

- Hasta que te pasas por casa, tú, ¿eh?-. nos interrumpe mi madre.

- Perdón, mama. Te lo juré, pero...-. Justifico.

- Pero nada. Eres padre y estás casado, ¿puedo pedir más para mi Pablito?-. me corta.

- No...-. Le respondo y le beso en la mejilla.

- ¡Ya ha llegado el calma-fieras!-. exclama Alma haciéndome reír.

- Eh... ¿perdona?-. digo al ver que todos vitorean.

- Están todo el día discutiendo. Pero ¡eh! Ni se te ocurra tocarlos o llamarlos para cenar cuando está el tito Pablo en la tele, porque te arañan vivo-. Me advierte Casi despertando mis ganas de volver a verlos.

- ¡No!-. digo incrédulo.

- Hola, ¿llego al té?-. oímos a Sofía. -¡¡¡Titoooo!!!-. grita al verme y yo me levanto.

- No llores, Sofi-. Dice mi hermana entre risas.

- Jo... te he extrañado, tito-. Solloza cuando nos sentamos en el sofá y me abraza otra vez.

- Y yo a ti. ¿Qué crees?-. le pregunto.

- Ahora no quiero volver a clase-. Dice.

- Vendré a ver a Brunito esta tarde, nos veremos-. Le aseguro. Llaman al timbre.

- Es Carla. Me voy-. Resopla. Me abraza otra vez y se despide de la familia.