SUEÑO. [Pablo Alborán]

47. Relajémonos (última parte de NYC)

Ya en el hotel, es de noche.

Tirada en la cama, escucho el agua de la ducha cayendo sobre el cuerpo de Pablo y su voz tarareando melodías para el disco que está por venir.

De repente, oigo "Tabú" desde la discoteca que se puede ver a través de la ventana de esta habitación. Me levanto a ver el panorama abajo y toda la gente parece estar olvidándose de los problemas bailando al ritmo que ha compuesto mi esposo. Sonrío al recordar los primeros acordes que Pablo tocó en la cocina de nuestro piso en Málaga. Ambos reíamos mirando a Terral en la terraza, mordiendo un juguete.

- ¿Dónde está la belleza en persona?-. me interrumpe él, y al girarme solamente le estorba un bóxer de color gris. Su pelo mojado es mi debilidad, todos sus ricitos que ahora mismo lucen su color dorado a causa del champú que usa me llenan de vida. Él dándome la espalda buscando su cepillo de dientes...

- Rubio...-. Me acerco a él y lo abrazo por la espalda, ya que está agachado frente a la maleta. -¿Me cantarías esta noche?-. pregunto dándole besos en la barba.

- ¿En plan sexy, o profesional?-. cuestiona irónicamente.

- ¡Pablo, tío!-. lo regaño entre risas. -En plan sexy molará más-. Afirmo siguiendo su juego.

- Eso está hecho-. Dice. -Ahora, déjame que me afeite y que me lave los dientes-. Pide.

- Está bien...-. Protesto dejándolo ir al baño.