SUEÑO. [Pablo Alborán]

8. Cita chocolatera

Coloco una mesa de jardín y dos sillas enfrente de la chimenea. Cierro la puerta del salón y me pongo manos a la obra con la chimenea.

- Ten cuidado, no te quemes-. Me pide.

- Sí que me cuidas, sí-. Le sonrío. Ella se sienta y se ríe. Me encanta que esté así, después de todo lo que me contó Laura. -¿Cómo te sientes ahora?-. Pregunto tomando su mano por encima de la mesa.

- Bien. Me encanta la paz y el buen rollo que me transmites-. Asegura. -Qué maravilla que tu héroe te escuche y te hable. Para mí lo eres todo, Pablo, porque ya... en mi casa no importo-. Dice sin importarle la mirada del que supongo que es su hermana gemela desde la puerta acristalada que da al recibidor, la cual hemos cerrado.

- ¿Al ataque con la comida de los gordos?-. le pregunto y ella asiente.

- ¡Ay, por Dios! Qué rico, tío-. Murmura entre dientes.

- ¡Estefi! Trae eso que me gusta, porfi-. Elevo la voz y enseguida lo trae. -Gracias, mi amor-. Le digo y choco mis labios con los suyos.

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