14. Celos De Nuestra Mascota

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Cambio de narrador. En la caravana rumbo a Málaga. Dos días después.

Tengo tantas ganas de verlas... (Digo esto porque mi hijo está de viaje de Navidad con sus amigos). Gracias a Dios, por dejarme volver a mi tierra.

Mi corazón comienza a latir fuerte al leer "BENALMÁDENA" en la señal la cual Porty toma. Mi esposa no sabe nada. ¿Qué va a saber?

- Hala, la voz ha llegado a su destino-. Me llama Lolo.

- Chao. Nos vemos en un par de días, equipo-. Me despido.

- Disfruta-. Me pide Hope dándome el poco equipaje que preparé.

- Y tú, guapa-. Le deseo.

Busco mis llaves y abro la puerta.

La casa está oscura, sólo veo la luz de la zona del comedor. En la que está ella, con sus papeles ­y su MacBook Air. ¿Y no parar de trabajar un miércoles a las once de la noche?

Ahora tú imagina que estás en el recibidor de tu casa tras un mes, pero eso no impide que un perro de caza el cual te ama, te huela y se vuelva majara porque no puede hacerse el fantasma para atravesar una puerta porque estás en casa, ¿sí? Pues esa es mi perra.

Abro la puerta sorprendiendo a Estefi, y yo me que quedo perplejo a causa de lo grande que está Coco. No hace falta que me agache para tocarla.

- ¡¿Tú nos quieres matar, verdad?!-. se ríe mientras la abrazo.

- Si no os quisiera tanto...-. Bromeo. -No te distraigo más, va. Termina-. Pido. Ella me besa.

- Lo que tengo para mañana ya está. Vamos a la cama-. Me guía hacia allá sin más rodeos y cierra la puerta para que la perra no entre.

- Qué tacaña eres. Pobre cachorro-. Suspiro cuando oigo sus patas rascar la puerta.

- Pero si mañana va a tumbarse a tu lado, o te traerá la pelota a la cama-. Me empuja levemente al colchón. La abrazo y se cae conmigo.

- Oye, pero así tan directo... parece un poco cursi, ¿no crees?-. insisto.

- Está bien... lo siento...-. Cede como niña pequeña. -La dejo dormir con nosotros, pero me tienes que abrazar, ¿eh?-. dice haciéndome reír. Abre la puerta y el animal corre a mí, me chupa toda la cara y yo le acaricio. -Es tu amante-. Bromea ella acariciándola también.

- Es tan buena, amor...-. Le digo. -Va, Coco, a dormir-. Le digo y me obedece colocándose sobre mis pies acurrucada.

- Te quiero, Pablo-. Se despide abrazándose a mí.

- Y yo-. Cierro mis ojos y me duermo.

SUEÑO. [Pablo Alborán]Where stories live. Discover now