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Tecleaba rápidamente las palabras que iban tomando forma frente a sus ojos, cada clic que daba lo redirigía a otra página y esta a otra y luego a otra hasta que por fin encontraba la información que necesitaba, la oscuridad a su alrededor era manchada por la pantalla del ordenador y por la tenue luz que se filtraba por la ventana, estaba encorvado y a ratos suspiraba o sonreía sin motivo aparente, esto lo hacía ver como un psicópata, como un asesino serial o como un pervertido que solo se refugiaba en imágenes eróticas, pero no era nada de eso.

—Te atraparé —pensó en voz alta, mientras abría un archivo de la policía de investigaciones, el documento tenía fecha de hace dos meses atrás, era el más reciente que había podido pillar en la red más oscura de internet.

»El día dos de enero de este año se denunció la desaparición de un niño de diez años, su nombre era Choi YeonJun, por lo que se sabe, el infante presentaba serios problemas de conducta y estaba a cargo de Kim YoungJo, tutor de la unidad de huérfanos del colegio Naver College.

“Es el mismo tutor que tuve yo” —pensó—. “¿Debería tomarlo como una simple coincidencia?”

Luego de aquella pausa continúo con su lectura.

»Luego de tres días en los que no aparecía ninguna noticia del menor, este fue encontrado bajo un árbol a las afueras del mismo colegio, tenía el abdomen abierto y presentaba claros signos de violación.

Por un momento ByeongKwan perdió el habla, la imagen que aparecía en la pequeña pantalla era horripilante, digna de una película de terror o con temática de masacre.

»No se sabe nada del culpable, solo sabemos que cada víctima lleva marcada en alguna parte de su cuerpo las siglas… —la parte más importante, la pista que necesitaba para, por lo menos tener el nombre del tipo que lo traumó y que luego comenzó a cazar a otros inocentes, estaba borrada.

“Eres listo, seguramente sabes que voy tras de ti, pero yo soy aún más listo”

Justo cuando iba a abrir otro archivo las luces del estudio se encendieron y su computadora fue cerrada fuertemente.

—Si sigues encerrado aquí enfermaras —le dijo un joven que vestía provocativamente.

—No importa, debo encontrarlo, no puedo permitir que siga haciendo esas cosas —Byeong se recostó sobre la silla y miró al contrario con desinterés.

—Estás obsesionado con eso, ya supéralo, no es tu problema lo que les suceda a otros —emitió una sonrisa coqueta—. Además, ¿hace cuánto no tienes sexo?, te has vuelto más retraído, seguramente ya olvidaste hasta como complacer a alguien.

—…Todo lo que te interesa está ligado a ese tipo de situaciones, ¿no tienes vergüenza? —Byeong rió, una risa que para el otro pareció una maravilla.

—Hasta tu lenguaje ha cambiado. Vamos, salgamos hoy, vuelve a ser tú por un momento.

—No puedo —suspiró—, debo cuidar a los hijos de JunHee esta noche, de hecho voy atrasado.

—¿Por qué? —el interés del de cabello cobrizo incrementó al escuchar aquel nombre.

—Saldrá con su esposo.

—…Deberías decirle que yo soy mejor que ese sujeto, puedo hacerlo mejor que él —hizo un puchero tratando de parecer adorable, falló.

—Sabes que no tienes oportunidad, además tiene familia, ¿Desde cuándo destruyes hogares?

—¿Vamos a salir o no? —dijo ignorando olímpicamente al mayor.

—YooChan, no puedo…

—Vamos, no creo que a los mocosos les pase algo.

—El hombre… el que me violentó…

—¿Crees qué va a ir tras cada niño de la ciudad? De verdad estás paranoico.

ByeongKwan no respondió, solo se quedó mirando el techo como si fuera lo más interesante del mundo.

“¿Qué tal si él sigue afuera?, ¿cuántos años vive un lobo salvaje? —pensó, luego se levantó y guardó su computadora en la pequeña maleta que tenía a un lado.

—Además —continuó Yoo—, podrás liberarte del estrés para luego pensar mejor.

—…¿Dónde iremos?

Su amigo sonrió.

—Es una sorpresa —lo tomó de la mano y lo arrastró hacia fuerasin siquiera darle tiempo para cerrar la puerta con seguro, ni del estudio ni de la casa, pero… ¿Quién entraría a la vivienda de un chico a altas horas de la noche? 

Wolf  •°WowSon°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora