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Se paseó de un lado a otro, en su rostro se marcaba una singular sonrisa, las oscuras paredes llenas de moho le hacían sentir en el paraíso, el olor a sangre seca inundaba sus fosas nasales y aquello le encantaba. Nunca le había gustado la comida fresca, nunca le gustaron las cenas tranquilas, sin gritos ni llantos, sin el sonido de la piel siendo desgarrada ni de la sangre corriendo por sus manos.

Se detuvo frente a un bulto que se hallaba tirado en el piso, estaba cubierto con una manta sucia y destruida. Lo observó por unos segundos para luego retirar el género y admirar el bello cuerpo desnudo, el bello cuerpo de la inocencia.

-Tan lindo… -susurró y luego se agachó-. Te pareces un poco a ByeongKwan… cuando era un niño.

Acarició el vientre plano y los cabellos rubios, luego se levantó y caminó hacia otro rincón del sótano.

YooChan temblaba y de vez en cuando producía sonidos de pánico que la mordaza amortiguaba, sus manos se encontraban atadas a un caño de metal y sus piernas tenían unas esposas que le rozaban la piel.

Siempre creyó que ser hermoso le traería más oportunidades que amenazas, pero estaba equivocado, el Lobo también necesitaba disfrutar, el Lobo necesitaba distraerse.

-…Tu cuerpo es muy atractivo -Kim tomó uno de sus blanquecinos muslos y lo alzo- …y esto… -tomó el flácido miembro del contrario- …también es atractivo.

El de cabellos claros quería morir, prefería eso a que aquel hombre le tocara, prefería a que otro le hiciera sentir las sensaciones que deseaba con JunHee.

-… ¿No vas a decir nada? -arrugó su ceño y luego comenzó a reír-. Vaya, que idiota soy, no puedes hacerlo -lentamente retiró el trapo que cubría la cavidad bucal del delicado chico.

- ¡Suéltame maldito enfermo, déjame ir!

-…

-… ¡No me hagas daño, por favor! -YooChan comenzó a gritar con desespero cuando vio que el otro sacaba un arma de su chaqueta.

-Creo que no sabes lo que sucede aquí… sí gritas, si intentas escapar, si haces cualquier estupidez, te voy a matar… bueno, de todas formas, lo haré, pero no ahora.

- ¡No, no, no!

- ¡Silencio! -Kim apuntó a la cabeza del pequeño niño inconsciente en el suelo.

Y disparó. La sangre manchó las paredes y el cuerpo se retorció en un último impulso de vida.

-… Esto pasa si no me obedeces… -Kim tomó su cabello y lo tironeó, ubicó el rostro de Yoo entre sus piernas- … ¡YoungJo, trae la cinta! … Vas a disfrutar esto bebé.

-… No… -el ayudante del Lobo se encontraba en una de las esquinas, a su lado se encontraba HwanWoong, de rodillas y con el rostro ensangrentado.

- ¿Qué? -la mirada que SehYoon le proporcionó fue tal, que sintió que estaba en frente del mismísimo demonio.

-… No lo vas a lastimar más… estoy harto de toda tu mierda.

Y entonces una risa loca inundó el cuarto, y entonces el eco de un balazo retumbó en las cuatro paredes y el cuerpo de HwanWoong cayó inerte.

-… ¡Ahora vete YoungJo, vete antes de que te mate! -y así su “amigo” salió de la habitación, con su rostro empapado en lágrimas y con una nueva determinación.

Volvió a sonreír, tomó un destornillador de un mueble cercano y suspiró.

-Disfrutarás esto, bebé.

Y entonces gritos agudos alegraron sus oídos, quejidos y llantos le hicieron desear más a su presa, de seguro las suplicas de su ByeongKwan sonaban aún más dulces.

Todo se estaba cayendo a pedazos para el niño de rojo.

Wolf  •°WowSon°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora