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Han pasado dos meses desde que Ricardo entró en nuestras vidas, como reto personal y viendo cómo van las cosas entre él y Ruiman he decidido interceder entre ellos hasta conseguir que sean amigos. Los dos se llevan muy bien conmigo y me respetan mucho. Así que espero lograr que nazca una muy buena relación entre los dos.

Los entrenamientos aparte de duros han sido muy buenos y tener a Ricardo como portero es lo mejor que pueda pasarnos, así que hablé con el entrenador para que tuviera paciencia con ellos dos que no paran de discutir a la mínima, tras informarle de mis planes, decidió dejar todo en mis manos.

Así llevo todo este tiempo siendo tutor de los dos y metiendo a ambos en cada pequeño plan que sale, se cabrea uno u otro porque siempre esperan estar a solas conmigo, pero poco a poco han ido acostumbrándose.

Por otra parte, aunque han ido aceptando el estar los tres juntos, no parece gustarles que el otro me toque o yo toque a alguno de ellos, así si por lo que sea palmeo la espalda de uno automáticamente tengo que hacerlo en la del otro, me siento como si tuviera dos mascotas, resulta agotador.

Para complicar las cosas, ya no estoy seguro de nada, porque siempre mi corazón palpitaba y retumbaba con cualquier pequeño gesto que Ruiman hiciera, hasta cuando me miraba con sus profundos ojos, pero ahora, para mi horror reacciono de la misma manera con Ricardo. Supongo que no es amor como pensaba, ¿podré tener algún problema de salud?, no entiendo nada.


-Tin, como tenemos los exámenes de esta evaluación en las próximas semanas, ¿te quedas este fin de semana en mi casa para estudiar?

-Pero...

-Sí, también invité a tu querido Ric, estás que no cagas con él, antes solo yo te era necesario.

- ¿Qué dices Rui?

-Nunca presionaste para estar con otra persona, si te gusta dímelo, somos amigos.

-Espera, me estás diciendo ¿qué te daría lo mismo que yo fuera gay?

- ¿No lo eres?

-Emmm...bueno yo.

-Mira eso me da igual. Te estoy hablando de ti y de Ric.

-No debes pensar así, Ric me gusta lo mismo que tú. Además, en el fondo reconoce que te cae bien.

-Me caería mejor si no le interesara lo mismo que a mí.

-Rui debería aprender a compartir.

- ¿Compartir? no sé, si fuera posible, aunque sería algo como lo que hacemos ahora.

- ¿Qué estás pensando? tienes cara de pervertido.

- ¿De veras te gustamos por igual?

- ¿El qué?

-Joder Tin, céntrate, Ric y yo. Como ninguna otra persona, nunca.

-Sí, estoy muy contento con los dos, como con nadie más. ¿Por?

-Por nada. ¿Entonces vienes este finde a mi casa?

-Sí.



El sábado a las diez de la mañana y tras recoger chocolate con churros me encamino a la enorme casa de Ruiman. Vivían en una casa de tres plantas, era hijo único y sus padres casi nunca estaban en ella, por eso era algo mimado. Tenían piscina, cancha de tenis y un jardín enorme. La casa estaba dividida de manera que en la planta baja estaban todas las zonas comunes más habitaciones para invitados, la segunda planta era de los padres y la última de Ruiman. Tenía todo lo que podía desear y más.

Mis amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora