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Los dos se desprendieron de sus toallas, acercándose a mí extendieron sus manos para acariciarme y colocarme entre ellos. Los dos lujuriosos chicos me hicieron abrir las piernas para sus bocas y manos comenzaron a vagar por todo mi cuerpo, haciendo que ardiera de deseo.

Juguetones como estaban, no tardé en sentir mi dureza siendo devorada mientras mi pequeño y estrecho anillo era atacado por una poderosa lengua. Yo solo podía jadear y gemir, dejando que ellos hicieran lo que desearan de mi cuerpo.

No mucho después los dos jugaban y preparaban mi retaguardia para poder dar cabida a sus enormes durezas, los veía besarse y acariciarse mientras chapoteaban en mi interior, ambas lenguas penetrándome unidas, para después usar sus largos dedos, haciendo que enloqueciera de deseo.

-Ya...ya está, la quiero dentro.

Los dos se separaron y Ricardo se puso a mi espalda abriéndome para darle espacio a Ruiman. Su boca me entretenía haciendo que devolviera sus enloquecedores besos, mientras en mi zona baja sentía la presión de una polla ardiente intentando abrirse camino.

Los dos me acariciaban y me lamían haciendo que me relajara para poco a poco sentir a Ruiman clavado en mi interior, poco a poco comenzó a moverse, embistiendo y golpeando mi interior. Mientras jadeaba y gemía, fui colocado en otra postura, para que mientras Ruiman se perdía en mi interior, yo darle placer con mi boca a la gran dureza de Ricardo.

Había visto muchas mamadas en películas, pero nunca había pensado que fuera tan complicado meter algo así en tu boca. Debía estar haciéndolo bien, porque Ricardo gemía y me agarraba la cabeza sin parar de mover sus caderas.

Los tres disfrutando de las atenciones del otro, cada vez moviéndonos más bruscos, tan cercanos del orgasmo. Yo ya me estaba corriendo cuando mi boca se llenó de la esencia de Ricardo y Ruiman gritaba mi nombre mientras también llegaba al éxtasis.

Los tres descansábamos unos sobre otros, acariciándonos, relajándonos y descansando, soy consciente que tendré otra ronda, Ricardo también desea follarme y estoy más que dispuesto a ser uno con él.

-Fue increíble, estás tan apretado, quemas tanto, joder como me engullía, ya verás cómo lo disfrutas Ricardo. Vas a querer estar en él, siglos.

-Pues para ser virgen hace unas mamadas increíbles, también disfrutarás mucho de su pequeña boca, se esfuerza tanto.

-Oye estoy aquí y los escucho.

- ¿Te gustó?

-Sí, mucho, estoy preparado para una segunda ronda ¿vosotros también?

Los dos se acercaron a mí y mientras me besaba con ardor Ricardo, la boca de Ruiman dejaba marcas en mi pecho mientras lamia y succionaba uno de mis pezones. Ruiman se acostó en la cama y me hicieron ponerme a cuatro sobre él, su boca jugaba con mi pequeño pene, mientras yo lamía su enormidad y Ricardo agarraba mis caderas para comenzar a penetrarme.

-Joder, que vistas tengo. Veo perfectamente como le empalas Ric.

Mientras era absorbido por la boca de Ruiman, embestido con fuerza por el increíble Ricardo, yo trataba de dar placer al enorme cacho de carne que tenía en mi boca, los dos chicos realmente tenían tamaños muy similares.

Era sujetado y colocado a su antojo para ambos disfrutar de mi cuerpo. En cierto momento mientras estaba acostado sobre Ruiman,  Ricardo sobre los dos seguía golpeando mi interior y los dos se besaban sobre mi cabeza, la mano de Ruiman masturbando con rapidez nuestras pollas ardientes.

Ricardo cae sobre nosotros, mientras el orgasmo le lleva y Ricardo nos lleva al éxtasis en pocas sacudidas de su mano. Los tres estamos agotados y felices, no nos movemos, nuestros cuerpos entrelazados y descansando principalmente sobre Ruiman.



La luz del sol hace que abra los ojos y me veo entrelazado por Ricardo y Ruiman, ambos descansan pegados a mí, los tres desnudos y medio destapados dejan a la vista las marcas de la larga y pasional noche. Mi cuerpo está dolorido, no paramos hasta que casi era de día, para ser mi primera vez, me había excedido.

Recordando la noche me sonrojé levemente, es cierto que no podría haber sido tan decidido y activo sin la ayuda del alcohol, no estaba lo suficientemente borracho para negar lo pasado, pero si para mandar a paseo mi timidez. Me moví un poco y me encontré con la mirada sonriente de Ricardo.

-Buenos días Tin. -Me besó, dejando su lengua acariciar la mía, mordiendo suavemente mis labios. - ¿Cómo te encuentras?

-Dolorido. -Le susurré para no despertar a Ruiman.

-Pobrecito, nosotros te cuidaremos. -Para mi sorpresa, contesto Ruiman y al girarme para verle, él también hizo que me perdiera en su ardiente beso. -Buenos días Ric, ¿descansaste?

-Sí, dormí perfectamente.

- ¿Por qué no se dan un beso también?

- ¿Te gusta vernos besarnos?

-La verdad que sí, dos chicos tan grandes, fuertes y masculinos besándose pegados a mí, me da mucho morbo.

Los dos me dan el gusto y mientras pegan sus labios sus manos me arrastran para ser abrazado por sus cuerpos. Nos vestimos y bajamos a la cocina, hay un ascensor que facilita el trayecto entre plantas, sobre todo a mi dolorido cuerpo.


Ruiman y Ricardo se encargan de calentar la comida y colocar la mesa, los dos me han dicho que descanse y se manejan bien dejando todo preparado para almorzar. Tras comer todo lo que pudimos, estábamos famélicos, les hice volver a estudiar, hasta las seis de la tarde.

-Bien, lo dejamos aquí por hoy, durante la semana estudiaremos tras los entrenamientos dos horas, todos los días. El fin de semana que viene, también haremos un intensivo y creo que estarán preparados para los exámenes.

-Eres un tutor muy severo, estoy exhausto.

-Yo también y tengo hambre.

En la cocina prepararon bocadillos y bebidas que trajeron al salón donde yo había estado recogiendo los distintos libros y ordenando las mochilas de cada uno. Mientras comíamos la merienda, veíamos la televisión.

-Llevo esperando todo el día a que saquen el tema, pero parece no lo van a hacer.

- ¿Qué tema Tin?

- ¿Qué tipo de relación quieren? Tengo que elegir a uno o puedo estar con los dos.

-Verás, en verdad aún no hemos pensado.

-No es tan fácil.

-Pues no lo entiendo, anoche lo pasamos genial. Se llevan muy bien siempre que no están pensando en competir por mi atención y sexualmente se atraen, han estado empalmados, sin tenerme entre sus brazos.

-Pero estabas ahí y los dos sabíamos que te íbamos a hacer el amor.

-No les dio asco tocarse, besarse, etc.

-Eres muy persistente.

-Es porque me gustan los dos, quiero estar así, como este fin de semana toda mi vida.

-Pero no es tan fácil, ya es problemático decir a nuestras familias que tenemos una pareja del mismo sexo, para encima decir que en verdad salimos con dos chicos.

-Tenemos quince años, cuántas personas hablan de sus relaciones con sus familias, a estas edades. Además, no hemos empezado y ya quieren proclamar que salen conmigo, supongo primero hay unos meses de ver que tal va la cosa.

Los dos se miraban y me miraban, no tenían idea de que decir, supongo que les estoy pidiendo demasiado, me da pena verlos atormentados sin saber que decirme.

-No tenemos por qué decidir ahora. ¿Me dan un abrazo? -Los dos se ponen en pie y me ponen en medio para abrazarnos, mi corazón golpea con fuerza y un estremecimiento de felicidad me recorre por entero, no estoy confundido, amo a los dos. -Los amo, esperaré lo que necesiten.

Los dos sorprendidos me miran para dejar caer besos por mi cara y cabeza, con todas las cartas sobre la mesa, solo queda esperar.

Continúa>>>

Mis amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora