D I E C I S I E T E

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{Es ahora}





Hal leía tranquilamente aquel libro de cocina que había encontrado en las estanterías de la no tan pequeña biblioteca que estaba en la mansión Wayne, donde quería preparar un pastel a su querido Bruce. Ya que casi vendría el aniversario de su boda.

— Qué haces? — se escuchó a su lado, Jordan bajo el libro tranquilamente y sonrió de lado —. Libro de cocina, ja, tú no cocinas papá.

— Pero lo haré, leyendo este libro me haré en un chef profesional te lo aseguro — le guiño el ojo a su hijo —. ¿Quisieras ayudar?

Billy meditó su respuesta pero después negó frenéticamente:— Si la cocina se incendia, será sólo por ti.

— Billy Batson — negó con media sonrisa —, olvidas que tu padre es un Linterna Verde y ya sabes que significa eso.

— Que debo tener cuidado?

— Cerca. Un Linterna Verde, y ser yo, es muy precavido y tiene todo bajo control.

Billy lo miró extrañado pero aún así asintió no muy convencido. Recuerda la última vez que intento ayudar en la cocina para el desayuno, rompió dos tazas de café y tiro algo de mermelada al suelo; así que Alfred lo había vetado de ahí.

— No te has sentido mal? — preguntó Hal cruzando su pierna, manteniendo su vista al ojiverde —. Ya sabes, algunas contracciones y todo eso.

— No, aún no — negó el menor —, sólo está más inquieto de lo normal.

El joven Jordan sonrió y se levantó de aquel sofá, se acercó a Billy y puso su mano en su ya grande estómago.

— No falta mucho para estar con el pequeño Jon — agregó el piloto.

Billy iba responder pero el sonido de la puerta llamó la atención de ambos. Hal rodó los ojos y fue directamente a abrirla para encontrarse con su mejor amigo el corredor escarlata, Flash.

— Hey! — saludó con una gran sonrisa el rubio.

— Bear! Tiene tiempo que no te veo amigo mío — sonrió Hal y Barry lo miró extrañado.

— Pero te vi ayer.

— ¿Y? Pasó exactamente doce horas — se alzó de hombros el castaño —, para mí es mucho tiempo — le picó una mejilla.

— De acuerdo...— negó rápidamente —. ¿Cómo ha estado Billy? — preguntó con una ligera sonrisa.

— Oh, ven pasa, estábamos viendo una revista de cocina — contestó Hal dejando pasar al rubio.

— ¿Billy cocinará? — preguntó y Jordan negó señalándose a sí mismo, Barry se puso tenso —. Creo que será mejor irme antes de que explote la cocina.

— Ja ja — rodó los ojos el Linterna —, muy gracioso.

— ¡Barry! — se acercó el chico Batson con una sonrisa.

— Pero si es el pequeño Rayo con otro rayito — sonrió ampliamente el ojiazul —. Te juro que la Liga es un poco aburrida sin tus cosas — confesó el corredor escarlata de Ciudad Estrella —. Incluso la mesa de Ping Pong sólo la utilizamos una que otra vez.

Superzam: All I wantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora