°.• Sorry •.° [2Doc]

Capítulo 37

Narra 2D

Llegué a mi habitación y cerré la puerta con fuerza, hasta yo me sorprendía, lo primero que mi vista captó fue la tremenda oscuridad en la que el cuarto estaba sumergida, joder, lo que más me duele es haber confiado en él, lancé el diario con fuerza al piso, sentí ganas de llorar, pero como pude no deje salir nada, no valían la pena.

Me acosté sobre la dura cama, cerré los ojos y gracias a la impotencia y la rabia que sentía, la cabeza me comenzó a doler. No quería ser rogado, pero Murdoc ni siquiera fue capaz de decir nada; finalmente cerré los ojos rogando para que la ballena no hiciera presencia, y, perdido en mis pensamientos, quedé profundamente dormido.

***

Habían pasado semanas, semanas eternas, semanas en las cuales mi única etretención fueron mis pensamientos, Murdoc había vuelto a ser el mismo de siempre, me volvió a insultar y amenazar, ni siquiera se porqué, el que debería estar enojado soy yo, ademas en ningún momento he podido volver a salir de esta puta habitación y comía raras veces al día, lo cual me hace imposible ver a Noodle o charlar con Russel, odio volver a ver al Murdoc Niccals de antes, el que nunca expresa sus sentimientos y se muestra indiferente ante todo.

Estaba sentado sobre la orilla de la cama, acomodado perfectamente para que mis pies se balancearan, cabizbajo, con la espalda torcida hacia delante mientras jugaba con mis dedos evitando una crisis nerviosa.

En eso hubo algo que me llamó la atención: había un extraño humo negro saliendo por debajo de la puerta, no le tomé mucha importancia, podía ser que algo se estuviese quemando, pero ¿que más da? Ya no tengo ningún motivo para seguir despierto, o quizá me había drogado gracias a la inmensa cantidad de pastillas que anteriormente había tomado.

Aquel humo no paraba de salir, alcé rápidamente la cabeza en señal de miedo, ¿que mierda estaba pasando? No quería entrar en mas crisis.

Entre todo ese humo salió algo con una máscara de gas, esa cosa comenzó a acercarse lentamente a mí, y gracias al previo humo negro y mi pobre, vista no podía ver literalmente nada, solo sentía una presencia cada vez más cerca.

Estaba más nervioso de lo normal, no sabía que mierda hacer, si correr o no hacer ningún movimiento, decidí correr hacia delante, donde según yo estaba la puerta, choqué con algo metálico, lo comencé a golpear, era la perta, la cual estaba cerrada, tenía fe en que al menos alguien podía llegar a oirme, pero en eso una mano me cogió del cuello y me levantó.

Daba patadas al aire en señal de defensa, no me importaba si daba en el blanco o no, mientras que con mis manos intentaba soltarme del agarre, pero me fue imposible, me estaba quedando sin aire, sentía mis párpados cada vez más pesados, pero no podía dejarme ganar, algo peor podía suceder.

La última opción era gritar, si el que me estaba sosteniendo no era Murdoc ni Cyborg, lograría que alguno me oyera y me sacara de ese maldito infierno.

- M-mu... - dije intentando gritar, lo cual me era imposible, me comenzaba a faltar cada vez más el aire - Cy - dije casi inaudible - ayu... - intenté terminar una frase, pero no lo logré, no tenía nisiquiera voz, y como era de esperarse: perdí mi lucha con quedarme despierto.

Narra Murdoc

Estaba comiendo tranquilamente en la azotea de Plastic Beach, hace poco había hablado con el negro y con la china, ellos volviéndome a alegar de no ver a Stuart, por más que me lo pidieran, no iba a decir la ubicación de su cuarto.

Recordando todo, no lo veo hace dias, desde que encontró su maldito diario en mi habitación no lo he vuelto a ver, hace unos minutos había oido unos leves ruidos provenientes de su alejada habitación, era el momento perfecto para volverlo a ver.

Con cautela y vigilando que nadie estuviese ni me viera en el camino, decidí ir hasta la habitación de ese maldito peliazul, el mismo que me ha hecho sentir cosas por primera vez, todo sin él se estaba volviendo una asquerosa rutina, y estaba más que harto.

Ya cerca de su habitación pude sentir cómo la temperatura disminuyó drásticamente, y a lo lejos vi un extraño humo negro saliendo de esa desolada puerta hecha de metal.

Con miedo caminé a paso rápido y largo hasta aquella entrada, sabía exactamente de quien era ese humo.

Abrí la puerta y vi a 2D acostado boca arriba sobre el suelo, con un círculo de delgada línea de humo alrededor de él, en mi mente solo me repetía el hecho de que no puede estar muerto, y si lo estaba, no me podía imaginar mi vida sin él, aparte de que nunca me quitaría ese peso de encima.

- Stuart - dije mientras corría y me arrodillaba junto a él - 2D... - comencé a moverlo frenéticamente para que al menos diera una maldita señal de vida - Honey, por favor, despierta - dije, volviendo a imaginar mi vida sin él, sería una completa mierda.

Stuart se removió ligeramente, luego se sentó rápidamente para tomar aire desesperadamente mientras abría los ojos, su respiración estaba agitada e intentaba tomar la mayor cantidad de oxígeno posible, además se notaba como se esforzaba cada vez más intentando que el aire le regresara.

- ¿mur... ? - dijo en un leve susurro calmando su respiración.

- Sí, ese soy yo - inevitablemente se esbozó una sonrisa en mis labios, él estaba vivo.

2D se acomodó y me abrazó, no sé que mierda había pasado, pero le correspondí, me sentía completo nuevamente, pero a la vez demasiado culpable por no estar ahí, por volverlo a encerrar simplemente por orgullo y capricho, este se alejó y me dio un tierno beso, se volvió a alejar y por fin vi esos ojos tan oscu... ¿¡BLANCOS?!

Vi lágrimas salir de esos... Blancos ojos, al verlo sentía que no era mi Stuart, lágrimas que podían ser por cualquier causa: rabia, confusión, dolor o hasta de alegría.

- No llores, honey - lo abracé mientras acariciaba su suave y sedoso pelo, sentía sus sollozos mientras me correspondía el abrazo, nunca me imaginé hacer una escena tan gay como esta, pero por fin había entendido lo que era sentir algo por alguien - descansa, luego vuelvo para que comamos algo - me levanté y salí, dejándolo de nuevo solo en esa desolada habitación, ¿por qué? No quería que la china y el cocinero se enteraran aún.