Luna gibosa🌖menguante

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♦ ° XIX °

Narradora

En cuanto Haganezuka se despertó, dio un gran salto para luego ponerse de pie. Seguido de esto empezó hacer movimientos raros con las manos.

-Yo me encargare de la espada oxidada- dijo el musculoso- terminaré de refinar la con mi estilo de pulido nichirin, el cual ha sido heredado por la familia Haganezuka por generaciones.

-Pudiste haber partido diciendo eso!!- dijo Kotetsu- seguías diciendo ''confíen en mi'' aun cuando ni siquiera intentas establecer relaciones cercanas- Hotaru tomo a Kotetsu de su haori y lo levanto enojado.

-Kotetsu tiene razón- dijo la chica- Como herrero, tu deber es poder forjar una espada que sirva para proteger a quienes la portan y que así estos puedan proteger a otros- Haganezuka no dejaba de mirarla- si realizaste un ritual de purificación destinado a convocar a los espíritus propicios de tu familia, entonces dilo y ya!

-Y TU POR QUE DEMONIOS TE DESNUDAS?!

-No estoy desnuda! tengo vendas cubriendo mi...!

-CALLATE!- la interrumpió.

Se quedo callada en cuanto sintió como Hotaru cerro con fuerza su chaqueta.

-Por que diablos siempre tienes que ser tan...

-Haganezuka-san...?- el hombre termino de abrochar cada botón.

Él no dijo nada... solo tomo aquella espada y partió a su taller.

-Que a sido todo eso?- pregunto la chica al aire.

-Un avance- susurro Kanamori al pasar a su lado.

La chica se quedo mas desconcertada que antes.

Time Jump

Ya era de noche.

Tetsuko seguía pensativa con respecto a lo que le había había sucedido con el herrero.

Soltó un suspiro mientras era peinada por su madre, ambas estaban preparándose para dormir y el que su madre la peinara nunca faltaba.

-Quieres hablar sobre lo que te ocurre?- le dijo su madre mientras la acunaba en su pecho.

-Uhm... realmente no se exactamente que es lo que pasa- respondió esta mientras se dejaba abrazar- hoy fue un día lleno de sorpresas y Haganezuka-san...

Un fuerte estruendo a lo lejos la interrumpió.

-Que fue eso?

-Debe ser Nobu, a ese hombre le encanta hacer experimentos extraños con la polvora- respondió su madre.

-Eso no ha sonado como una explosión creada por pólvora- respondió- iré a ver.

-Ve con cuidado, ya es tarde- le dijo su madre.

En cuanto Tetsuko estuvo fuera de su hogar, vio como un gran rayo caía en la posada donde se estaba quedando el joven Kamado.

Su primera reacción fue regresar con su madre y avisarle de la situación.

-Deben salir de la aldea, ya!- le dijo a su madre y abuela mientras se colocaba su uniforme- no pueden permanecer aquí, nos están atacando.

-Demonios? como encontraron la aldea...

-No lo se abuela, pero deben salir de aquí rápido- tomo su nichirin y la coloco en su cinturón- vamos, tomen solo lo necesario tienen que huir.

Una vez estuvieron listas, salieron a toda prisa mientras Tetsuko mataba las invocaciones que se iba encontrando en el camino.

Antes de llegar a la casa del jefe, Tetsuko vio como la pilar del amor se acercaba a esta.

-Karonji-san!- se alegro al verla- mamá los pilares están aquí, debo ir por Kotetsu y Haganezuka-san ustedes sigan adelante- les señalo un grupo de aldeanos que estaban escondiéndose en la casa del jefe, la cual estaba siendo protegida por la pilar- hagan caso, yo volveré luego.

En cuanto les dio la espalda, sintió como su madre la tomo del brazo.

-Nunca estuve del todo de acuerdo con tu decisión de convertirte en cazadora- le dijo repentinamente su madre- por favor... ven con nosotras, Tetsuko.

-No puedo hacer eso madre, no ahora que necesitan de mi ayuda- dijo con mirada serena pero llena de determinación.

Su madre vio en ella las mismas llamas que una ves vio en su esposo, ellos poseían la misma voluntad.

-Si no puedo detenerte... por lo menos usa una buena espada- le dijo mientras su abuela le pasaba una nichirin que la chica no había visto nunca antes- Esta la hizo tu padre para ti, fue un pedido, se supone que debía dártela una vez que pasaras la selección final, pero...- ella solo negó, para luego mirar a su hija mientras le extendía la katana- Ten cuidado, por favor- ella apretó un poco mas el agarre en la katana para luego terminar por ponerlas en las manos de su hija- no quiero perderte a ti también a causa de esas criaturas.

-No moriré mamá, no hoy- retiro la nichirin, con delicadeza, de las manos de su madre- cuídense.

Una vez las abrazo, salio a toda prisa para acabar con los demonios que invadían su hogar.

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CONTINUARA...







































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