Luna gibosa menguante🌖

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♦ ° XVIII ° ♦

Narradora

Mientras Tetsuko continuaba matando a cada demonio que se encontraba en el camino, iba mirando a su alrededor con la esperanza de encontrar a Kotetsu, pues no lo había encontrado en el centro de la aldea.

Fue entonces cuando lo vio con Kanamori y el pilar de la niebla.

-Kotetsu, Kanamori-san!!- grito con alegría al verlos vivos- Tokitou!!

-Tetsuko! Waaah creí que iba a morir, tenia mucho miedo!!- Kotetsu salto a los brazos de la chica y ambos lloraron por encontrar en buenas condiciones al otro- Tetsuko!! Haganezuko-san, tenemos que ir por él!

-Iré por él, ustedes manténgase a salvo!- miro al pilar- gracias por protegerlos.

-Espera! Nosotros debemos ir a por la espada de Tokitou- dono, usted debería ir a ayudar en la aldea!- le dijo Kanamori- En debe estar...

-Tranquilo, Kanamori-san. En-san esta bien, se encuentra con mamá y la abuela.

-Ah... gracias al cielo- el hombre soltó un par de lágrimas tras la.mascara- bien, nosotros iremos al cobertizo de Haganezuka-san, tu a la aldea. Vamos, Tokitou-dono... Kotetsu.

-Solo... tengan cuidado, por favor- murmuro al ver como se alejaban.

En cuanto los perdió de vista, se dio la vuelta para regresar a la aldea, pero se debuto al sentir una presencia.

-De nada sirve esconderse cual cucaracha si no puedes ocultar tu sed de sangre- aquella criatura apareció frente a ella- demonio.

-Kekeke!- rio aquel ser- así que me sentiste, verdad? creo que eso te convierte en alguien formidable.

La apariencia de aquel demonio era difícil de descifrar.

Estaba cubierto de vendas, a tal punto que parecía una momia, sus brazos estaban atados a su torso por estas y lo único visible de su cuerpo eran las garras de sus pies y su cabeza. La boca de este era grande, con una larga lengua serpentina,  llena de dientes afilados con cuatro colmillos saliendo por aquella cavidad y su frente poseía un par de grandes cuernos.

-En realidad- se coloco en pose de combate y sonrio- solo soy una simple chica- entonces ambos atacaron.

Aquel demonio parecía basar su estilo de lucha en patadas fuertes y grandes mordiscos, Tetsuko podía manejar lo.

Lo único difícil de igualar era su velocidad, aunque le seguía muy de cerca.

-Parece que no eres tan incompetente como aparentas- dijo el demonio mientras rompía las vendas que aprisionaban sus brazos- pero una vez que veas mi verdadera fuerza, rogaras por que te deje vivir, te matare y luego iré por los que quedan en esta asquerosa aldea de herreros. Entonces me convertiré en la siguiente luna demoníaca KEKEKEKEKE!!!!

El demonio no paraba de reírse, esto molesto a Tetsuko, quien se movió con gran rapidez y le corto aquella asquerosa lengua, haciéndolo gritar.

-Ya cállate y pelea pedazo de porquería- hablo con molestia- seré yo quien te muestre el verdadero significado de la muerte.

El demonio la miro con enojo mientras su lengua volvía a la normalidad.

-Pagaras por ese atrevimiento pequeña, puta. keke- rio con enojo, para luego lanzarse al ataque.

Ahora el demonio no solo atacaba con patadas y mordiscos, ahora Tetsuko debía luchar contra las afiladas garras de aquel demonio.

-Este tipo solo utiliza la fuerza bruta- pensó mientras intentaba cortar su cabeza- es como si no fuera capaz de hacer una técnica de sangre demoníaca, amenos que...!

En un descuido, Tetsuko dejo una brecha a su costado.

El demonio no desaprovecho esto y le proporciono una fuerte patada a su costado rompiéndole unas cuantas costillas.

Tetsuko termino estrellada contra el tronco de un árbol.

-Parece que ya te percatarse de mi secreto. Así es, mi técnica de sangre se basa en aumentar mi fuerza física- explico mientras posaba mostrando sus músculos- En verdad es gracioso, sabes. Morirás en este despreciable lugar, solo por querer salvar unas vidas despreciables kekeke!

Tetsuko se puso de pie y volvió al ataque, tratando de olvidarse de aquel terrible dolor.

Llego a cortar su brazo.

-Cierra el hocico. Tus palabras no tienen valor para mi, idiota.

El demonio volvió a regenerar su brazo mientras reía.

-Kekeke! Voy a disfrutar hacerte pedazos, pequeña perra.

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CONTINUARA...



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