Debes tener fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano.
Wolfram se dijo así mismo que necesitaba un respiro.
Siempre había pensado que los problemas nunca se arreglaban con la violencia, pero en estos últimos días se sentía agobiado con respecto a ese tema y pensó que tal vez no estaba acostumbrado a tratar con ese tipo de gente.
Este vio como John se iba con Victoria y Charlie, pensar en esta última no le sentaba nada bien. Charlie lo odiaba a más no poder.
Él siguió a Marco hasta unos metros, saliendo del local.
―Su excelencia―comenzó a decir―Sé perfectamente que en estos momentos usted no es quién dice ser, sin embargo como mayordomo que ha trabajado para tres generaciones de la familia Westhampton, es mi deber decirle que esa identidad no se le puede subir a la cabeza, no puede olvidar quién es
―Yo no he olvidado quién soy Marco
―Estuvo a punto de pelear de nuevo excelencia, usted no es así. El duque de Westhampton no debe ser así
No le dijo nada ¿Qué podría decir? Marco tenía razón, está bien que quiera pasar desapercibido, no obstante debería mantenerse al margen.
―Y con respecto a Charlie Magnus excelencia―continuó su mayordomo―Cuando usted decidió buscarla, yo no tenía ni idea que ella estaba aquí en West Oxfordshire y cuando la hallé, usted había ordenado que no volviéramos a pronunciar su nombre
―Muy bien, tú entiendes que lo que hice estuvo bien como duque de Westhampton ¿no es así Marco?
Él lo miró seriamente durante un rato.
―Sin duda alguna excelencia
―Bien
―Supongo que el que falló fue Wolfram
Este lo atravesó con la mirada―¿Cómo dices?
―Usted debía tomar una decisión ya sea como Duque o como Wolfram y la tomó como duque
―No los separes, soy ambos
―Con el debido respeto excelencia, usted sí lo hace ¿Se le olvida que lo vi nacer?
Esto era el colmo. No iba a permitir que su mayordomo lo riñera.
―Dígale a su hijo que ya lo ayudé―y al decir esto se fue.
Marco hizo una reverencia mientras este se iba―Sí excelencia
***
Charlie se levantó de pésimo humor.
Se le había caído la taza de té y era lo último que tenía, le había caído un libro en la cabeza que Dios sabe dónde demonios cayó y se había golpeado el dedo meñique del pie con la cabecera de la cama, justo ahora se encontraba sobándoselo mientras protestaba del dolor.
Simplemente se negaba a aceptar que su mal humor y frustración era porque Tyler Breedlove había desaparecido sin despedirse de ella.
No podía negar que este era guapo y alto-A ella le encantaban los hombres altos, ya que ella era demasiado alta- era amable, caballeroso y bastante serio. Nada parecido a su difunto esposo Charles que era una locura andante.
El hecho de que este trabajara para Wolfram, le enfurecía y más porque al parecer todos los criados de este lo respetaban de cierta forma. Había jurado y re jurado que no volvería a ver a ese canalla, infeliz, tonto, mujeriego, detestable, insufrible y ambicioso por nada del mundo.
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La Ley Del Lobo © ( Saga Westhampton Libro #5 )
Historical FictionInglaterra 1873. Tras ser una de las familias más antiguas y respetadas, Los Westhampton compuesto por cinco hermanos: Lord Wolfram el duque, Lord Marsias el Marqués, Lord Uriel el Conde, lady Georgia y Lady Iuola. Han decidido no mezclarse con...