Capítulo 23 - Completo

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Charlie gritó en cuanto sintió el pinchazo de la aguja.
—¡Te dije que te quedarás quieta!—le gritó Victoria.
Ella se encontraba subida en una plataforma, en su habitación. Allí se encontraba Victoria pulcramente arreglada con un vestido color naranja de mangas cortas y escote de corazón, la tela era de satén y la falda era lisa. Su cabello estaba peinado en un tocado y tenía carmín en los labios.
—Alza los brazos—le pidió Caroline. Estaba magnífica con ese vestido morado, con mangas cortas y cuello alto; su cabello estaba oculto en un hermoso bonete de flores.
La sra Payton, modista que le confeccionó los vestidos a Charlie, se encontraba en la parte inferior de la falda y sus dos criadas en el corsé.
Ella suspiró y luego sonrió. No podía creer que en tan solo unas horas se iba a casar.
Había pasado una semana en la que había pasado todas las mañanas, tardes y noches con Tyler. Habían decidido no estar juntos hasta la noche de bodas y él había dormido en la otra habitación, pese a su insistencia de que durmiera en el cuarto con ella.
Entre Victoria y Caroline organizaron todo para después de la ceremonia. Samantha se encontraba en la iglesia encargándose de que todo saliera como lo planeado. Ella no tenía ni idea de nada porque habría sido una sorpresa y eso la tenía en ascuas.
En ese momento entró alguien a la habitación y todas las mujeres gritaron a excepción de ella.
Tyler cruzó la estancia y la miró.
—Luces hermosa
Ella se sonrojó—Gracias
Él estaba vestido de traje negro y una camisa blanca; tenía un pañuelo blanco en su bolsillo y llevaba un sombrero gris.
—Pero ¡¿Qué demonios haces aquí?!—le gritó Victoria
—¡Es de mala suerte que el novio vea a la novia antes de la boda!—añadió Caroline
—Eso no aplica para nosotros—las tranquilizó Charlie—Ya yo estuve casada
—¡No importa!—exclamaron todas
—Me adelantaré, te espero en la iglesia—le informó y se marchó.
Victoria negó con la cabeza—Increíble, más importante aún ¿Qué vamos a hacer con tu cabello? Está demasiado corto
—Dejen que mis chicas se ocupen de eso—les dijo la modista—Ellas sabrán qué hacer.

***

Wolfram se acomodó su corbata y se miró en el pequeño espejo que tenía en la habitación.
Los pensamientos del día anterior fueron como una ráfaga de viento.

Se encontraba hablando con Gabriel a la orilla del lago y un jinete llegó hasta ellos. Era Jhonantan. Ambos hombres lo miraron mientras este se sentaba en la grama junto a Wolfram.
—Así que te vas a casar ¿eh Tyler? Confieso que estoy un poco consternado, pero veo a mi amiga feliz así que omitiré mis comentarios.
Él no le dijo nada y se limitó a mirarlo.
—Pero me llena de curiosidad saber ¿Cómo demonios harás para decirle a Charlie que tú maldito nombre no es Tyler?
El silencio se prolongó y Jhonathan lo miró echando chispas.
—¿Su excelencia?
—¿Quién te lo dijo?—le preguntó su hermano
—Mi mujer, vio tu maldito retrato en Westhampton Terrace, pero no había dicho nada porque mi padre se lo prohibió
Wolfram asintió—¿Y qué piensas hacer con esa información?
—Excelencia, nada más me agradaría que desenmascararte con Charlie, pero ella ya ha sufrido bastante y por tu culpa. Esta es una excelente oportunidad para que remedies todo el daño que le has hecho
Él asintió—Bien
—No soy esos malditos que te rinden pleitesía, a mi me importa un comino tú estúpido ducado
—Muy bien
A continuación Jhonathan suspiró—No me caes nada bien, pero tú y tu familia no son malas personas, gracias por la ayuda que le brindaste a Samantha
—No fue nada
Jhonathan asintió y se fue en su caballo.

Wolfram se miró por última vez en el espejo y salió de la habitación. Se dirigió a la puerta y cuando la abrió Jhonathan se encontraba allí.
Este ya iba vestido de traje negro y camisa blanca, con corbata negra.
—He venido para prevenirte
Él lo miró—¿Qué sucede?
En ese momento salió una figura del bosque que él reconoció al instante. Jhonathan también lo miró.
—No pensé que me seguiría ¿Necesitas ayuda?
—No, puedo encargarme
Este asintió y se montó en el caballo—Nos vemos en la iglesia—y al decir esto se marchó.
Él se acercó con paso lento al bosque procurando que Charlie no se asomara por la ventana.
—Vaya, tengo curiosidad de cómo debo llamarte Wolf ¿Tyler Breedlove? ¿En serio?
—¿Qué haces aquí Altair?
Este se echó a reír a carcajadas—Recibimos una invitación hace cuatro días de la boda de Charlie con el administrador de Westhampton Terrace y decidimos venir. Todos están en la iglesia.
La cara de Wolfram era inalterable.
—Supongo que ya todos están al corriente
—En lo absoluto, sólo yo lo sé
—Que generoso eres
Altair sacó una carta de su saco y se lo entregó.
—Ten, eso es para ti
Él recibió la carta y la abrió.
—Me tomé la libertad de abrirla así que te haré un resumen, es de tu tío Lord Isadore, al parecer eres el próximo primer lord del tesoro así que se movieron muy rápidamente y tienen una candidata de buena cuna para que te cases, porque sabrás de sobra que no podrás aspirar al cargo sino estás casado. No obstante, cuando se enteren de que te has casado con una mujer divorciada te quitarán el cargo.
Él terminó de leer la carta y la guardó en su saco.
—Así que... ¿Qué piensas hacer señor todo poderoso? No me malinterpretes, estoy aquí para ayudarte aunque tú jamás hayas solicitado mi ayuda.
—Y según tu ¿Cómo puedes ayudarme?
—Escríbele una maldita carta a tu tío o que te reúnas con él y lo invites a beber sangre o vino, lo que sea que tome ese monstruo y dile que no te interesa el maldito cargo. Lo enfrentes y que por primera vez seas hermano, seas esposo, seas hijo... y no, el maldito duque.
Wolfram lo miró y dio media vuelta hacia su caballo. Lo montó y se marchó de allí a galope.

***

—Oh Dios mío ya está—dijo Victoria mientras veía a Charlie—¡Estás preciosa!
Esta llevaba un recogido alto, donde tenía una hermosa corona de flores blancas y pequeños rizos se asomaban por él. Caroline le había colocado las perlas que le había dado Tyler y los pendientes a juego.
A su amiga se le llenaron los ojos de lágrimas.
—Creo que ahora estoy mucho más emocionada que cuando te casaste con Charles—le confesó Victoria y ambas se tomaron de las manos.
—Me pasa lo mismo, estoy más nerviosa que aquel día
—Ya el carruaje está afuera, no hay tiempo que perder—las apremió Caroline
La modista y sus dos criadas le ayudaron con la cola.
Caroline le abrió la puerta y Victoria le tomó la mano para ayudarla a caminar. Notó que en el carruaje estaba Marco y este bajó y le hizo una reverencia.
Ella se echó a reír—Vaya Marco, me hiciste sentir como si fuese la propia reina
Él no le respondió y la ayudó a subir.
—El carruaje de ustedes está allí—le informó a Victoria y a Caroline—Los invitados están impacientes
—Entonces no hay tiempo que perder—le dijo Charlie mientras se acomodaba—Nos vemos allá.
El carruaje se puso en marcha y se adentraron al bosque. Charlie quedó anonadada con lo que vio. Había alrededor de treinta criados bien vestidos, organizando una mesa grande. Habían faroles, lo que le pareció raro porque estaba a plena luz del día y mucha comida. El lugar estaba cerrado por una cerca y habían jarrones de flores por todo el espacio.
—Marco ¿Qué es eso?
—Su fiesta de boda, será al aire libre
Ella abrió la boca—¿Que tanto gana un administrador, Marco?
—No lo sé con ciencia cierta, sin embargo un administrador de Westhampton Terrace sin duda gana muy bien
Ella asintió y se quedó admirando la que sería su fiesta de boda hasta que la perdió de vista.
Cuando salió a las calles de West Oxfordshire se dio cuenta que las personas se habían congregado para saludarla. Ella les sonrió y les dio las gracias.
—¡Muchas felicidades!—le gritaban.
Trató de recordar cuando en su vida había estado tan feliz y no pudo dar con el recuerdo. El carruaje tenía orden de darle la vuelta por casi todas las calles y luego llegar a la iglesia.
Cuando por fin llegó a la iglesia encontró a Victoria, Caroline, Georgia y Gabriel en la entrada.
Marco bajó y se dispuso a ayudarla, cuando Gabriel lo detuvo.
—Espera padre—le dijo—Charlie quédate en el carruaje
—Está bien
Georgia se acercó a ella y le sonrió—Estás preciosa
—¡Pensé que no vendrían!
—¿Cómo pudiste pensar si quiera eso?—le dijo mientras su sonrisa desaparecía del rostro—¿Piensan decirle o no?—le preguntó ella a Victoria y a Caroline
—¿Decirme qué?—quiso saber Charlie
Sus amigas se miraron la una a la otra.
—Ay Charlie...—susurró Caroline
—Tyler no ha llegado.

La Ley Del Lobo © ( Saga Westhampton Libro #5 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora