Los Juegos del Hambre (Primer Vasallaje)

1.- Charlie

CHARLIE

Me desperté gritando.

Soñé que había sido seleccionado para participar en el primer vasallaje de los veinticinco...

La presidenta Crow había anunciado el vasallaje hace seis meses. Ese día Panem había recordado lo terrible que fue la guerra contra el capitolio. Cuando se anunció el vasallaje todo cambio. Ese día los profesores nos habían mandado a la plaza pública a las dos de la tarde.

Recuerdo que corrí hasta mi casa y avise a mi familia que era obligatorio asistir. Cuando el reloj marco las dos todo el distrito estaba en la plaza. Ahí los agentes de la paz habían colocado unas enormes pantallas por todos lados.

El himno del capitolio empezó a sonar por los altavoces y de pronto apareció la presidenta Crow saludando a la multitud. Empezó a recordarnos los días oscuros, en los cuales los distritos habían entablado una lucha con el Capitolio en la cual el Capitolio había salido victorioso y aniquilaron al Distrito 13. La presidenta continúo hablando y dijo que como recordatorio a los distritos de que el capitolio no puede ser vencido se creó el sistema de Vasallajes, en el cual cada Veinticinco años se emitiría una versión más sádica y cruel de Los Juegos del Hambre.

Entonces la presidenta hiso una señal  y se le acerco una niña vestida de blanco y en sus manos tenía una cajita de madera. La presidenta Crow abrió la cajita y extrajo un sobre claramente marcado con un 25, metió el dedo bajo la solapa y sin vacilación leyó:    

-En el veinticinco aniversario, como recordatorio a los rebeldes de que sus hijos morían por culpa de su propia violencia, todos los distritos tienen que celebrar elecciones y votar por los tributos que los representarían-.

Recuerdo que mi madre grito y mi padre la abrazo. Me quede mudo ante la sorpresa del vasallaje y no pude emitir ningún sonido. 

Ahora después de tantos meses sigo despertándome por las pesadillas de poder ser elegido para entrar a Los Juegos del Hambre. Pero hoy es el día de la cosecha. Hoy mi peor pesadilla puede volverse realidad….

A la gente del Distrito se le cito desde las siete de la mañana en el centro de la plaza. Puede que estén ahí, haciendo algo que el capitolio les obliga a hacer. Mientras tanto intento conciliar el sueño pero no puedo. Pongo mis botas que mi papá me regalo en mi primera cosecha y los comienzo a buscar en la casa.

Nuestra casa es la más pobre de todo el Distrito 6. Los busco entre los dos únicos cuartos y no están. La casa en si está hecha de maderas y hasta ahorita cumple su función: darnos protecciones y cobijo.

Entro al baño y me cambio de ropa. Salgo a la calle y no escucho ningún ruido. Me dirijo a la plaza pública y veo que la gente adulta está haciendo fila para poder entrar a un pequeño cuarto hecho de tela y al cabo de unos minutos sale.

Encuentro a mis papás que están entrando cada uno a un distinto cuarto y al cabo de poco tiempo salen. Un agente de la paz me agarra del brazo y me lleva a donde están todos los tributos. Ahí me encuentro con Milo que es mi mejor amigo y me desea suerte.

El tiempo pasa de prisa y la gente que entra y sale de los cuartos de votación mira a los tributos y algunos siguen caminando con sus caras largas y algunas madres se ponen a llorar. Ahí bajo el sol de la mañana esta todo el distrito escogiendo a sus tributos para el primer vasallaje de los veinticinco. En un momento dado, de los altavoces ya instalados sale una voz ronca que nos dice que nos vayamos a nuestras casas a descansar y que regresemos  a la plaza dentro de una hora.

Me encuentro con mis padres y nos tomamos de la mano y caminamos hasta nuestra casa, que está casi casi al final del distrito. Entramos a nuestro hogar y ahí mi madre me abraza y se pone a llorar. Mi padre la abraza y le dice que todavía no sabemos a quién van a elegir.