Capítulo 17.

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Adrien se quedó dormido, era temprano aún. Ambos faltamos a clases, su familia debía estar preocupada. Quería despertarlo, pero lo vi durmiendo tan plácidamente que no quise hacerlo.

— ¿Tikki? — Dijo Marinette asustada.

— Perdón! Estábamos hablando con Plagg. — Y ahí vi al kwami de Adrien.

— Tranquilos, Plagg, la familia de Adrien debe estar preocupada por él. — Dijo ella preocupada.

— Tal vez, pero él prefiere estar aquí contigo. Siempre que lo veo allá él no está feliz. Su padre está todo el tiempo ocupado, y ni lo deja salir. Por eso él venía a verte como Chat noir, aparte porque siente que esa es su verdadera personalidad.

— Gracias por cuidarlo tanto. — Dijo Marinette sonriendo, aunque tenía cara de tristeza.

Adrien ya estaba despertando.

— Hola Adrien. — Dijo la kwami de Marinette.

— Hola! — Dijo él feliz. Hola princesa.

— Hola gatito, no quería despertarte. — Dijo ella avergonzada.

— No me despertaste princesa. — Dijo bostezando. Perdón. — Dijo él avergonzado.

— Tranquilo, gatito, tu familia debe estar preocupada. Deberías ir. — Dijo Marinette.

— ¿Preocupada? Lo dudó, prefiero estar aquí contigo que estar allá encerrado sin nada que hacer. Eres la única que me anima. — Dijo él medio triste.

— Adrien, deberías ir ¿Si? Si pasa algo, yo estaré aquí para ayudarte en lo que sea, pero quiero que vayas y veas qué pasa. Se qué tal vez tú padre no está mucho tiempo contigo, y no justifico nada porque no sé la razón de porque él es así, pero sé que te quiere y mucho, el haría lo que fuera por ti Adrien, eres su hijo y sé que está muy orgulloso del gran chico que eres. — Dijo Marinette intentando animarlo.

— Gracias princesa, eres la mejor. Me iré, pero me tendrás que soportar más tarde. — Dijo él riendo.

— Obvio gatito. — Dijo ella feliz.

— Me voy princesa, cuídate. — Dijo él y besó a Marinette.

— Plagg transforme moi. — Dijo Adrien transformándose en Chat noir.

— Adiós gatito.

— Adiós princesa.

Chat noir se fue.

— Ay tikki, estoy preocupada por él. — Dijo Marinette.

— Aquí tienes que estar para él, en los buenos y malos momentos. — Dijo la kwami.

— Tienes razón. — Dijo Marinette animada.

En la casa de Adrien.

— Adrien, no nos quisiste abrir la puerta. — Dijo Nathalie.

— Estaba muy cansado, lo siento. — Dijo él triste.

— Tú papá quiere que vayas a una fiesta en el cuál van a estar los hijos y las hijas de muchos empresarios. Te necesita listo a las 7.

Eran las 5.

— Puedo ir con alguien? — Dijo él.

— ¿Con quién? — Dijo Nathalie.

— Marinette, una chica de mi escuela. — Dijo él nervioso.

— Claro, le avisaré a tú padre. Y se retiró.

— Plagg, debo avisarle a Marinette.

— Escríbele. — Dijo Plagg.

— Quiero decírselo en persona. Plagg transforme moi.

Je t'aime. // Marichat.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora