Anímico

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Todos quedaron con gran asombro en el rostro, guardando un profundo silencio, esperando a que alguno de los dos, hiciera o dijera algo.

Pero ambos parecían reacios de hacer siquiera el más pequeño movimiento, parecían más bien tener una batalla de miradas.

Nadie comprendía lo que pasaba, pero el par que ahí había sí. Kirishima iba a explotar si nadie lo sacaba de allí, y Bakugou cada vez se daba más asco él mismo. Los dos lo sabían perfectamente, sabían lo que sentían el uno por el otro, porque sus miradas lo decían todo.

El largo silencio no duró por mucho más, gracias a Mina, quien decidió tratar de salvar el momento, acusando totalmente a Kaminari.

Lo que en verdad quería a dar a entender, no era que la culpa era del idiota eléctrico, ya todos sabían que lo era. Ella quería evitar más problemas entre los dos, que ninguno tuvo la culpa de lo que pasó, sólo aquél pedazo de carne estúpida que trataba de defenderse a capa y espada.

—¡Fue un accidente! ¡Fue Kaminari!—Lo señaló acusando.

—¡Yo sólo quería zafarme de ti para ayudar a mi bro!—Se llevó la mano al pecho e hizo una morisqueta que a todos dejó con ganas de reír, pero no era el momento.

—Mina... Ya acaba con esta mierda.—Dijo cabizbajo estirando su mano izquierda.

—P-pero...—La chica comenzó a meditarlo.

Ella quería ser fiel a su propia palabra, pero la situación era lo demasiado incómoda y vergonzosa como para hacerlo.

Lo más correcto es que ella los dejara ir. Se sentiría igual si estuviera en el lugar de Kirishima. Él ahora mismo requería de su ayuda, ella está segura que él haría lo mismo por ella.

Kirishima levantó la mirada a su amiga, sus ojos le estaban suplicando terminar con aquello.

Bakugou guardaba silencio, llevaba el entrecejo más junto que otras veces, su mandíbula se veía tensa. Aún yacía en el suelo.

—Está bien...—Murmuró y se llevó la mano a su bolsillo, donde localizó la pequeña llave y la sacó.—Lo lamento...—Dijo entre dientes y caminó hasta donde la mano de Kirishima.

Él sólo esperaba ansioso el momento de salir corriendo y encerrarse en su habitación, deseando no salir nunca de ahí.

El peso de la impotencia no lo estaba dejando en paz, pensaba en Bakugou, de verdad quería arreglar las cosas con él, pero cuando todo va por buen camino parece que el mundo se niega a aceptarlo.

"Track."

Se escuchó el traqueteo de las esposas y luego su impacto contra el suelo al caer.

Después de eso Mina sólo se apartó y miró como Kirishima salía de la habitación.

Frunció el entrecejo con preocupación, y apretó sus labios. La idea de que eso fue su culpa comenzaba a tomar lugar en su mente, ella había sido quien los metió en eso en primer lugar, quería arreglar las cosas entre ellos y terminó estropeándolo más.

—Si él de verdad te importara no lo habrías metido en esto, eres una maldita egoísta, mapache.

La voz roca de Bakugou la sacó de sus pensamientos, e hizo que le mirara.

Esas palabras, aunque provenieran la persona más problemática de UA, le dolieron, y fue porque fueron muy ciertas. No debía haberse metido en aquello, sobretodo con su don para la desgracia.

Sus ojos se cristalizaron al momento, y desvío la mirada un momento para luego salir minutos después que Katsuki.

Los que quedaron en la habitación se veían igual de preocupados entre ellos. Todos excepto Shoto, quien permanecía con la misma expresión de siempre.

» Esposados « °•.KiriBaku.•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora