» Esposados « °•.KiriBaku.•°

¿Plan?

Todos en la clase 1-A saben que el par más unido de sus compañeros son Kirishima y Bakugou.

Pero se distancian un día y nadie sabe porqué. Y tampoco es como si preguntar fuera una opción, pues los dos evadían el tema.

Tanto así que llega a ser frustrante para sus amigos, quienes idean un plan para unirlos de nuevo.

Aunque eso signifique esposarlos.

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Hoy era un día de clases común para todos.

Como de costumbre, llegaron temprano a clases, Aizawa les dejó tarea y se fué a dormir.

En lo que el aula se volvió un desorden liderado por Mina Ashido, quién desesperada buscaba la ayuda de alguno de sus amigos más aplicados que los otros.

Buscó a Momo, había ido al baño.

Preguntó a Todoroki, no la había terminado.

Trató de ver a Izuku, pero raramente había faltado.

Y como última opción, y muy poco probable que aceptara, se dirigió hacia Bakugou, su compañero más explosivo.

Respiró profundo y se dispuso a dirigirle la palabra.

—Bakugou...—Llamó suavemente la chica enérgica. Pues el rubio ceniza parecía estar más amargado que de costumbre.

—¿Qué quieres maldita alien?—Ni siquiera la miró. Tenía su mirada en la ventana del aula, y su cuaderno cerrado en una esquina de su pupitre.

—Quería saber si...—Antes de proseguir le con detenimiento. Notando que algo faltaba.—Oye Bakugou, ¿Dónde está Kirishima? Normalmente está contigo.—Estaba metiéndose en terreno peligroso, traicionada por su curiosidad.

—¡No lo sé, no interesa lo que el estúpido pelos de mierda haga!—Gruñó mirándola amenazante.—Lárgate estorbo.

Y por supuesto, la de piel rosada hizo caso sin rechistar. Al ver la actitud más irritante de Bakugou hoy, se dijo que por su propia seguridad no se le acercaría en lo que quedaba del día.

Ahora, la pregunta era la siguiente: ¿Por qué está más amargado? ¿Eso siquiera es posible? Y, ¿Por qué el amistoso pelirrojo no estaba con él?

La duda la siguió hasta su asiento, que en vez de sentarse, sólo buscó con la mirada a el de cabellera peculiar.

Lo encontró algo desencajado, parecía más apagado, algo muy raro en él. No estaba gritando, ni hablando de esas cosas tan masculinas que le fascinaban. Estaba desolado en su sitio, jugando con su lápiz con una mirada vacía, que casi siempre estaba llena de brillo.

Al ver a uno de sus amigos más cercanos así, se acercó más por preocupación que por curiosidad.

—¿Kirishima...?

Buscó llamar su atención, pero falló. El chico parecía estar perdido, fuera de este mundo.

—Kirishima.

Repitió la chica con más preocupación en la voz que antes, palmeando su hombro para llamar su atención.

Está vez el nombrado reaccionó al tacto con un saltito en su silla, exaltado por la repentina aparición de su amiga.

La miró algo desorientado, y al ver su rostro preocupado, desvío la mirada.

—Hola...—Dijo casi en un susurro.

—¿Pasa algo?—Buscó la mirada del pelirrojo.

—No, nada. Todo está bien, normal...—Jugó con su lápiz.