OPORTUNIDAD

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Decidió no ir a clases ese día, la verdad era que su papá tenia razón, estaba harto de ir a la preparatoria, pero lo prefería, prefería mil veces ir que estudiar algo que no quería, le gustara a su papá o no. Por otro lado, la preparatoria tenía sus ventajas, todo un cuerpo estudiantil manipulable, temas realmente fáciles donde se podía enfocar en otras cosas, podía estudiar por su cuenta algunas materias que le interesaban. Y por supuesto estaba él, Kouyou Takashima.

Aquel niño con cabello oscuro que de repente aparecía en todos lados y que por alguna extraña razón no podía dejar de mirar. En realidad había muchas cosas que admirarle, es decir, Kouyou no solamente era hermoso, tenía una personalidad sumamente atrayente y relajada, continuamente estaba rodeado de personas, se le hacía fácil hablar con las personas. Le gustaba ser el centro de atención y sobre todas las cosas que lo respetaran, era el líder, el que tomaba las decisiones y no iba de acuerdo con los demás. Nada que ver con el Kouyou que Yuu conocía, tal vez era eso, lo que mas le intrigaba de aquel niño.

Yuu siempre había sido el rebelde, pero de distinta forma, no le gustaba llamar la atención, al contrario, mantenía el perfil bajo con las multitudes. Odiaba salir a las fiestas a socializar, en cambio solo lo hacía cuando tenia ganas de tener sexo y no le tomaba mucho. Se llevaba bien con una sola persona en el instituto y ni siquiera era su amigo, a los demás les hablaba por necesidad o conveniencia. Era popular por su actitud, por su personalidad que la mayoría consideraba "misteriosa" y la fama que tenía con las mujeres. De ahí a, ¿entablar lazos? Nadie era lo suficientemente interesante.

Excepto ese chico de sonrisa altanera e impactantes piernas. No se había visto en la semana, después de haber pasado aquel momento tan agradable en su habitación, Yuu no lo había encontrado el lunes siguiente y su asesoría no sería hasta después. Tal vez por eso, decidió quedarse en casa, estudiar por su cuenta y esperar a que fuera momento de volver a besar los labios de aquel chico.

Giró una vez mas en la cama, estaba aburrido, ya no quería seguir pensando en Kouyou, tenía que aprovechar su tiempo en algo más, pero no quería moverse. Se estaba convenciendo de bajar a comer cuando el teléfono comenzó a sonar, aquello le sorprendió pues casi nunca sonaba en su casa, siempre era su celular y si necesitaban hablar con sus padres lo hacían directo en el hospital. Con pereza se arrastró por la cama hasta alcanzar el aparato sobre su escritorio.

—Diga, residencia Shiroyama —contestó con voz cansina.

—Buenos días, ¿se encontrará Yuu Shiroyama? —dijo una voz femenina del otro lado.

Yuu alzó una ceja acomodándose mejor en la cama, sentándose sobre esta—. Soy yo —contestó con curiosidad.

—Ah, hola. Soy Maki Yamagata del departamento de admisión de la Universidad de Tokio —saludó alegremente, la mujer se escuchaba joven.

El pelinegro creyó haber escuchado mal, de todas las universidades que en algún momento lo habían contactado, la Universidad de Tokio no era una de ellas. Su universidad soñada. Apretó el teléfono con fuerza.

—Dígame —dijo después de reaccionar a su breve impacto.

—Bueno Yuu, verás. Algunos académicos escucharon acerca de ti, revisaron tu historial y después de algunas pláticas, estuvieron de acuerdo en ofrecerte una plaza en nuestra universidad. No sé si estés interesado —explicó.

Yuu se levantó de inmediato de la cama, casi cayendo al pisar sus zapatos—. Claro que estoy interesado —dijo a duras penas.

La mujer rió levemente ante el entusiasmo—. Dime, ¿qué carrera estarías interesado en estudiar? —preguntó.

DeliriumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora