Nostalgia de invierno.

Capítulo 1.

Hola! Muchas gracias a todas las personas que se tomaron el tiempo de leer.Creo que es medio obvio, pero nunca esta de más aclarar, este capítulo es narrado por Mafuyu.

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Lo recordaré en una tarde de invierno; mientras su cabello se encuentra rozando la punta de mi nariz, bañándome en un masculino y nostálgico aroma, mientras una torpe y frágil sonrisa es compartida. Con sabor a amistad y tretas, a tabaco y metal, al chicle que tanto le gustaba y las mentiras que amaba contarme y a mí me encantaba tragar.

Lo recordaré en una mañana de nieve mientras sus manos juguetonas se deslizan sobre mi cama para acariciar las mías en un cálido abrazo, mientras palabras sin sentido e importancia escapan de sus labios con un aroma difícil de olvidar. Para atraparme en un beso, en una mirada, en unos ojos felinos y almendrados.

Lo recordaré cuando haya pretendido no haber escuchado nada. Tal como pasó. Nada entre nosotros cambió.

¿Podía culparlo?

Una semana había pasado y Yuki ha actuado con completa normalidad, aún toma mi mano para caminar, todavía me sonríe en clase y actúa como si rozásemos algo más que amistad, no obstante, ahora había algo extraño y doloroso. Era especial nuestra relación; tan bella como falsa y aquello me lastimaba, sus toques no eran más que navajas sobre mi corazón y ácido en la piel. Era adrede y cruel.

"¿Te sientes enfermo Mafuyu?" La preocupada voz de Hiiragi fue lo que captó mi atención; suspiré tratando de reincorporarme al ruidoso ambiente de la cafetería "No has comido nada" Habían risas de fondo y todas las mesas se encontraban llenas, las bandejas se acumulaban y la comida escaseaba.

"No he tenido mucho apetito" Shizusumi y el más bajo intercambiaron una mirada preocupada al ver que mi bandeja seguía repleta de lo que debió ser mi almuerzo. Mi estomago rugió y burbujeó pidiendo alimento, no obstante, no podía comer, carecía de la fuerza y la voluntad. Me sentía enfermo; mi mente lo debía de estar.

"¿No te vas a preocupar por tu esposa?" El de cabellos negros pateó a Yuki por debajo de la mesa, él se sobresaltó. No me miró ni se inmuto. Cruel "Les he querido preguntar de hace rato pero ¿Están peleados?"

"Para nada" Fue la respuesta del más alto. Tan cortante y fría.

"Porque llevan un tiempo actuando de esa manera" Ni siquiera me miró, me reí. ¡Sí claro Mafuyu!, las cosas habían vuelto a la normalidad; repítelo hasta que lo creas, cántaselo a la luna las veces que sean necesarias "Y antes si te hubiera dicho que tu amada esposa estaba enferma hubieras saltado encima suyo en ese mismo instante" Ya nunca más habría normalidad a causa tuya "Es sospechoso" Quise llorar, reír e irme de la mesa. No hice ninguna para satisfacerlo a él.

"Creo que él se puede cuidar solo" ¿Qué tan miserable debí de lucir para ganarme una expresión de preocupación de parte de mis amigos? "Mafuyu debería ser un poco más independiente" No lo quise saber.

"¡Tú eres!" Un golpe en la mesa y hubo silencio en el lugar "Yuki Yoshida" El de cabellos negros se levantó de manera brusca de su asiento "Quiero hablar contigo ahora" Para agarrar del antebrazo al chico de perforaciones y llevárselo lejos. Más lejos él ya no podía estar.

"No te preocupes" La mano de Hiiragi trató de alcanzar la mía "Sea lo que sea por lo que se hayan peleado lo resolverán"

"No sé si esta vez se pueda arreglar" Musite jugueteando con los cubiertos de plásticos y el arroz de mi plato "Creo que hay errores que no se pueden perdonar" Tensión fue lo único que pude saborear con los gritos de fondo en el comedor. Un denso color negro empezó a dominar mi mundo, mi alma y las memorias de él. Mi culpa. Era de esperarse tras tan horrible confesión. El montón de arroz se hizo más grande.