Capítulo 7.

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Hola mis preciosos lectores!Lo siento pero debo acosarlos más de una vez por semana con las actualizaciones.Bueno, con este capítulo tenemos triada completa.Se narra desde el punto de vista de Uenoyama.

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Yuki Yoshida; su nombre era un fastidio, su rostro una tortura, su presencia repulsión. Desde que aquel petulante hombre había regresado a la escuela no había tenido oportunidad para salir con el castaño y lo extrañaba; nuestras manos eran separadas por agarres celosos, nuestras miradas interrumpidas por falsas promesas de cariño, y mis patéticos intentos para ganarme su corazón aplacados por la galantería de un primer amor. No hubo fuego ni quedaban cenizas, aun así me mantuve tonto e iluso, congelado bajo la risa de la nieve y una mirada demasiado bonita para ser mi realidad. No lo merecía. Ninguno de los dos.

Él me molestaba; estúpido e inseguro. Lo podía ver en el rostro de Mafuyu; en la tristeza de sus ojos cuando lo abrazaba o lo llamaba por aquel molesto apodo; cuando lo alimentaba en el comedor o las chicas le coqueteaban para confesarse. Lo veía, me quemaba y me punzaba. Lo odiaba, por quitarme algo que jamás me perteneció, de final amargo y próximo. Los segundos para la idiotez del rubio estaban contados, lo supe por la manera en que lo celó y se empeñó en destruir mis memorias con él. Nuestra cuerda se rompió.

¿Qué otra opción tendría más que retroceder? Nunca fui rival.

"Lo hiciste mucho mejor" La dulce voz de Haru me reincorporó hacia nuestro ensayo "Mafuyu ha mejorado mucho con la guitarra, ya estamos casi listos para el recital" La sonrisa del castaño fue inocente y linda. Fue amarga.

"¿Has podido escribir algo de la canción?" Akihiko se levantó de la batería, caminando hacia los otros dos. Habíamos arrendado un estudio para practicar. Me había mantenido marginado en un rincón.

"No lo presiones" Las cejas de Haru se tensaron, su novio tan solo lo ignoró, aferrándose a su cintura, acomodando su nuca sobre su hombro en un empalagoso agarre. Celos y envidia.

"No lo presiono pero nos queda poco tiempo" Él lo haría con alguien más.

"Está bien Haruki" El más bajo dejó la guitarra de lado, sus labios se abrieron con lentitud, con una expresión melancólica y despechada "De hecho ya tengo algo así como una canción" Mis compañeros de la banda sonrieron orgullosos; entre mis manos el mundo se me quebró. Y lo supe en ese instante. Cuando él lo dejo caer.

"Eres muy diligente" Por la forma que esos ojos brillaron, y la nieve lo abrazó.

"¿De qué es la canción?" Lo supe por como escuché su corazón quebrarse sin que pudiera hacer nada, sin que pudiera recogerlo por las espinas y por una sonrisa petulante de quien me lo arrebató. Lo supe y lo volví a odiar.

"Es una canción de desamor, Haru tenía razón, es un buen tema" No quería escucharla, de letras putrefactas y sentimientos malditos.

"No es tan necesario que tengamos una canción" Mis palabras hicieron eco hacia el otro extremo de la habitación.

"Uenoyama, Mafuyu se esforzó en escribirla" Reí, cruzándome los brazos, acercándome hacia el grupo, colérico y resentido. Mis pasos repercutieron en la expresión de él. El rubio se mofó de tan patético antagonista.

"No es esfuerzo si te rompen el corazón a diario" Solamente él lo comprendió; con un trepidar de piernas y una mueca devastada "No hizo más que poner algo aburrido y cotidiano para él en una canción" Era frío y cruel "Además, no es nuestro estilo ponernos a cantar sobre sentimientos de mujeres" ¿Importaba? Ni siquiera era un rival.

Nostalgia de invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora